El banco británico asumirá en sus cuentas del segundo trimestre del año una provisión de 1.000 millones de libras esterlinas (1.136 millones de euros) ante posibles reclamaciones por parte de clientes en relación con los seguros de protección de pagos (PPI por sus siglas en inglés) comercializados por la entidad.
El banco británico ha afirmado que no apelará la decisión de los tribunales del pasado 20 de abril que obliga a la banca de Reino Unido a hacer frente a las potenciales indemnizaciones relacionadas con este tipo de productos financieros.
"Hemos tomado esta decisión porque va en el mejor interés de nuestros clientes y accionistas", señaló Bob Diamond, consejero delegado de Barclays, quien aseguró que la entidad "no siempre consigue hacer lo mejor para sus clientes y, cuando se equivoca, pide dispulpas y enmienda sus errores".