Un tribunal de la provincia de Henan, en el centro de China, ha declarado culpable a Xu de apropiarse de más de 33,2 millones de yuan (3,5 millones de euros) en sobornos procedentes de una empresa de material de construcción y de varios responsables políticos de nivel inferior entre 2001 y 2009, según la agencia Xinhua.
"El veredicto del tribunal ha establecido que Xu abusó de su poder y obtuvo beneficios ayudando a organismos e individuos a cambiar proyectos de desarrollo territorial, a ganar contratos de construcción o a buscar su promoción", prosiguió la agencia.
La condena a muerte contra Xu quedará suspendida por un periodo de dos años porque el propio condenado ha confesado sus crímenes. En China, la suspensión en dos años de la pena de muerte suele acabar en una cadena perpetua.