
El carácter masivo y sostenible de la energía de fusión nuclear, cuya plena operatividad se prevé para 2050, se perfila como la gran alternativa a la cuestionada fisión nuclear y el problema de los residuos, según las conclusiones de un foro, en Madrid, con un nutrido grupo de físicos internacionales.
Entre los asistentes a estas jornadas, recién celebradas en la Fundación Ramón Areces, destaca el japonés Osamu Motojima, que es el director del potente reactor de energía de fusión ITER, en proceso de construcción en Cadarache (Francia), y cuyo objetivo es recrear en este gran aparato en la Tierra las propiedades y la energía de las estrellas.
También ha asistido el director adjunto del ITER, el español Carlos Alejaldre, a este foro, cuya coordinación ha corrido a cargo de Carlos Hidalgo, presidente del Grupo de Plasmas de la Real Sociedad Española y responsable de la División de Física Experimental del CIEMAT dentro del Laboratorio Nacional de Fusión.
Tanto Carlos Hidalgo como Osamu Motojima han coincidido en destacar en sendas entrevistas con Efe "el ambicioso" reto que supone la construcción de este aparato experimental que es el ITER para la consolidación futura de la energía de fusión y que previsiblemente empezará a generar sus primeros plasmas en 2019.