El líder supremo de la revolución iraní, el ayatolá Alí Jamenei, restableció en su puesto al ministro de Inteligencia, Heydar Moslehi, escasas horas después de que éste hubiera presentado su dimisión y hubiera sido aceptada de inmediato por el presidente del país, Mahmud Ahmadineyad.
Al igual que la dimisión previa, no se han dado a conocer las razones que ha llevado a la máxima autoridad del régimen iraní a corregir la iniciativa del jefe del Ejecutivo.
"Debido al rechazo del líder supremo de la dimisión de Moslehi, seguirá al frente del ministerio de Inteligencia", se limitaron a explicar varias agencias de noticias semiestatales.
El vaivén sobre el destino de Moslehi deja entrever, una vez más, el pulso que se mantiene en la cúpula del poder iraní desde la polémica reelección en 2009 del presidente Ahmadineyad, que la oposición tildó de fraudulenta.