La Comisión Europea ha abierto una investigación sobre el nuevo impuesto específico introducido por las autoridades húngaras en el sector de las telecomunicaciones, energía y minorista como forma de contribuir a paliar el déficit en el contexto de la crisis y ha insistido en que no puede haber "discriminación" impositiva entre operadores nacionales y extranjeros.
El Ejecutivo comunitario está estudiando en la actualidad "la primera respuesta" que le han remitido las autoridades húngaras a sus requerimientos de información sobre la nueva norma fiscal, así como "la queja formal" que han presentado trece compañías europeas, incluidas RWE, E.ON, Deutsche Telekom, ING y Axa, contra lo que consideran impuestos abusivos a sus filiales en Hungría, antes de tomar "una decisión" al respecto, ha precisado en rueda de prensa el portavoz de la Comisión, Olivier Bailly.
La Comisión, que no tiene "ninguna indicación hasta el momento" de que el nuevo impuesto, que estará en vigor durante tres años, "vaya a ser prorrogado más allá" de 2012, reconoce que la introducción de un impuesto en un sector dado es competencia de los Estados miembros pero ha insistido en la necesdidad de que se respete el principio de "igualdad", recordando que la legislación europea no permite gravar a un operador de un sector determinado "más" que a otros operadores competidores.