Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se han comprometido este viernes en el último Consejo Europeo de este año a hacer todo lo que sea necesario para defender la estabilidad del euro, pero no han logrado acordar nuevas soluciones definitivas para la crisis de deuda que afecta a la eurozona, especialmente a los países periféricos como Irlanda, Grecia, Portugal o España.
De momento, no se aumenta la dotación del fondo de rescate de 750.000 millones de euros aprobado en mayo para asistir a los países con problemas para refinanciar su deuda, ni tampoco se flexibilizará su uso para comprar bonos o dar líneas de crédito preventivas, como defendía España. Tampoco se lanza la emisión de eurobonos, como ha propuesto Italia y el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. Todas estas iniciativas han sido rechazadas por Alemania.
Pero pese a ello, ninguna de estas soluciones se descarta definitivamente y se podrían poner en marcha más adelante si la crisis de deuda empeora.