La agencia de calificación financiera rebajó en tres escalones, de A+ a BBB+, la nota de la deuda de Irlanda, país sometido a intensas presiones de los mercados debido a sus enormes déficits.
Al mismo tiempo, Fitch ha colocado la perspectiva en situación de "estable".
"La escala y el ritmo del deterioro de las finanzas públicas, siguiendo los riesgos fiscales, macro y financieros procedentes del sector bancario, combinada con el panorama económico muy incierto y la pérdida de acceso a los mercados, significa que el perfil de crédito soberano de Irlanda ya no es compatible con una de inversión de alta calificación", explica Fitch.