El consejero delegado de Microsoft, Steve Ballmer, ha vendido 1.300 millones de dólares (926,4 millones de euros) en acciones de la compañía, recortando su parte en un 12%, pero ha asegurado que su primera venta de acciones en siete años no debe tomarse como una falta de confianza en la firma de software más grande del mundo.
Ballmer ha asegurado que se desprenderá de otra porción hacia fin de año, en una medida para diversificar sus inversiones y su planificación fiscal, y la compañía ha intentado disipar las especulaciones sobre que el ejecutivo de 54 años, que ostenta su cargo desde 2000, podría estar preparándose para salir de la empresa.
"Aunque esto es un tema financiero personal, quiero ser claro sobre ello para evitar cualquier confusión", ha indicado Ballmer en un comunicado publicado en la página web de la compañía.