La constructora española presentó un recurso por la privación de su derecho a voto en la junta de accionistas de Eiffage que hoy era rechazado por el Tribunal de Apelación de Versalles . Ante esta decisión, Rayet ha optado por quemar todos los cartuchos posibles y elevar su queja al Alto Tribunal francés con el argumento de que el dictamen de Versalles no tiene base jurídica al no haber demostrado la supuesta concertación -motivo por el que le quitó el derecho a voto-. "No se entiende que los tribunales no se hayan pronunciado todavía sobre la vulneración de los derechos de un accionista en esta compañía", ha afirmado la emrpesa.