La Comisión Europea presentó hoy un paquete de medidas para que los gobiernos nacionales tengan más libertad a la hora de restringir o vetar el cultivo de organismos genéticamente modificados (OGM), pese a que su siembra esté autorizada en toda la Unión Europea. Además propone modificar las normas para que en el futuro puedan argumentar razones éticas o sociales para esta prohibición, y no sólo agrónomas o científicas como hasta ahora.
La propuesta debe recibir el visto bueno del Consejo y de la Eurocámara, pero cuenta con el rechazo de países como Francia, que pide más estudios científicos sobre su impacto, o España, principal productor de transgénicos en la UE y que teme la "renacionalización" de las políticas europeas y reclama normas comunes a todos.
El comisario de Salud y Protección del Consumidor, John Dalli, explicó en rueda de prensa que Bruselas introduce ahora una modificación respecto a la coexistencia de cultivos transgénicos y otros tradicionales o ecológicos que ofrece una "solución inmediata" a los países que rechazan la siembre de transgénicos.