El grupo de telecomunicaciones registró en el primer trimestre del año unas pérdidas netas de 515 millones de euros, lo que supone ampliar sus pérdidas un 9,8% con respecto al mismo periodo del año anterior, cuando presentó unos números rojos de 402 millones de euros. Los ingresos bajaron a 3.250 millones de euros, frente a los 3.600 millones de euros.
Según indicó el consejero delegado de la compañía, Ben Werwaayen, han observado una "recuperación en el mercado de las telecomunicaciones y en servicios relacionados en algunas áreas geográficas, especialmente en Norteamérica". Así, prevén una "fuerte recuperación secuencial" de los ingresos y del beneficio ajustado.