Después de 13 años, el primer Shikansen o tren bala japonés que superó los 300 kilómetros por hora se despidió hoy de las líneas de alta velocidad para dejar paso a la tecnología aún más moderna de sus sucesores.
Cientos de personas se congregaron en los andenes del servicio de alta velocidad de la estación central de Tokio para ver partir, por última vez, a la serie 500 del Shinkansen, convertida en su día en símbolo de la innovación tecnológica de Japón.
Fabricada por la compañía ferroviaria Japan Railways West (JR West) en 1996 y 1997, el Shinkansen 500 debutó en marzo de 1997 para unir las ciudades de Osaka (centro de Japón) y Hakata (sur), distantes 622 kilómetros, en 2 horas y 17 minutos, frente a las casi cuatro horas que se necesitaban hasta entonces.