Al menos 17 policías han muerto el jueves en una emboscada perpetrada por rebeldes maoístas en el distrito indio de Gadchiroli (centro del país), informó la agencia india PTI, que recuerda que ayer mismo el ministro del Interior Palaniapan Chidambaram, advirtió a estos extremistas de izquierdas de que serán atacados si no suspenden sus actividades.
Entre 150 y 200 maoístas -también llamados naxalitas- participaron en la emboscada a la comisaría de la localidad de Laheri, que se prolongó durante más de tres horas. Este mismo martes, un agente la oficina de información de la Policía del estado de Jharjand fue decapitado por un grupo de maoístas.
Poco después del atentado de hoy, la Comisión de Seguridad del Gabinete, encabezado por el primer ministro indio, Manmohan Singh, se reunió en Nueva Delhi para analizar la creciente amenaza que suponen las actividades de los naxalitas y concretar medidas para hacerles frente.