La resistencia a Tony Blair, favorito en la carrera a la futura presidencia de la UE, empieza a organizarse en Europa a iniciativa de los tres países del Benelux (Holanda, Bélgica y Luxemburgo), poco entusiasmados con la idea de heredar un ex primer ministro de un país en el fondo euroescéptico.
Los tres países presentaron esta semana una nota conjunta con el perfil que según ellos debería tener el futuro presidente estable del Consejo Europeo, principal innovación del Tratado de Lisboa que el pueblo irlandés acaba de ratificar en referéndum.
Según esta nota, el presidente deberá haber "demostrado su compromiso europeo y (haber) desarrollado una visión sobre el conjunto de las políticas de la Unión".