La crisis económica seguirá siendo el problema principal al que enfrentarse en este curso político a pesar de los atisbos de recuperación que ya ven algunos, unos "brotes" que no impedirán que siga siendo necesario un importante esfuerzo para paliar efectos como el desempleo.
Pero no será el único desafío: como todos los otoños, el Gobierno presentará los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene, que esta vez deben ser más austeros que nunca para no engordar el déficit ya desbocado y han de convencer a un arco parlamentario cada vez más reticente a dar su apoyo al Ejecutivo en lo que a materia económica se refiere.
Además, el sistema financiero deberá enfrentarse al proceso de reestructuración que quieren para él tanto el Gobierno como el Banco de España, con la previsible fusión de numerosas cajas y mediante la aplicación del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).