El balance de muertos por la explosión registrada el lunes pasado en la mayor central hidroeléctrica rusa en Siberia asciende ya a 66, a los que hay que sumar otros nueve desaparecidos, presumiblemente muertos en el incidente, según informaron fuentes de los servicios de emergencia a la agencia oficial RIA Novosti.
Los equipos de rescate afirman que se supone que no había nadie trabajando en los niveles más bajos de la central el día del siniestro y también han sugerido que algunos de los trabajadores podrían haber sido arrastrados por las aguas.
La explosión del lunes en la central, construida en 1978, destruyó tres de los generadores y provocó daños graves en otros dos del total de diez con que cuenta la planta energética. Además, la explosión provocó un derrame de combustible al río Yenisei.