La Policía detuvo este jueves a cuatro personas a las que las autoridades acusan de haber profanado hasta 300 tumbas de un conocido cementerio afroamericano del estado de Illinois, en el centro de Estados Unidos.
Los detenidos eran empleados del cementerio Burr Oak de la localidad de Alsip, a las afueras de Chicago, quienes al parecer habían montado un 'negocio' que consistía en desenterrar cuerpos que llevasen mucho tiempo sin recibir visitas para poder revender el terreno a otras personas.
Así lo asegura el periódico Chicago Tribune, que cita fuentes policiales que aseguran que los cuatro arrestados, de entre 59 y 39 años, se enfrentan ahora a 30 años de prisión por un delito de profanación de cadáveres.