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Más de 600 empleados de la refinería británica de Lindsey, propiedad del grupo petrolero francés Total, fueron despedidos el jueves por una huelga ilegal, lo que desató un movimiento de solidaridad en el sector energético británico, se supo este viernes.
Tras hablar en un principio de alrededor de 900 despidos, Total precisó este mismo viernes que sólo se han enviado 647 cartas de despido, a obreros que trabajan para empresas encargadas de ampliar la refinería de Lindsey.
Total explicó que los despidos se deben a una huelga ilegal iniciada el 11 de junio por esos empleados, en apoyo a 51 colegas que acababan de ser despedidos, pese a que los trabajadores creían que sus puestos estaban garantizados.