Al menos nueve personas murieron ayer y 31 resultaron heridas en un atentado con bomba contra un café ubicado en un distrito chií del suroeste de Bagdad, según el último balance ofrecido por la Policía.
El local era conocido entre los jugadores de póker, aseguran los residentes. Los distritos chiíes suelen ser el blanco de los ataques de islamistas suníes ya que los consideran como herejes. Los analistas aseguran que la violencia podría recrudecerse también con motivo de las elecciones generales de enero, que podría provocar enfrentamientos entre los propios chiíes.
La violencia ha descendido considerablemente en Irak desde el año pasado y la cifra de civiles abatidos en atentados de mayo ha sido la más baja desde la invasión de tropas estadounidenses en el país árabe en 2003. Las fuerzas norteamericanas e iraquíes tienen todavía trabajo por delante para acabar por completo con la insurgencia miliciana.