Decenas de miles de empleados alemanes del sector detuvieron su trabajo en universidades, hospitales y gobiernos locales para presionar por una mejora de sus sueldos, adelantándose a las negociaciones con sus empleadores este fin de semana.
El sindicato de servicios Verdi informó de que cerca de 40.000 empleados organizaron huelgas de advertencia en todo el país, en apoyo de la demanda de aumento de sueldos de un ocho por ciento. La cuarta ronda de negociaciones está fijada para mañana en Postdam, cerca de Berlín. El resultado de ésta afectará a 700.000 personas entre de los estados federales y a más de 1,3 millones de funcionarios públicos de la mayor economía de Europa.
Los empleadores estatales alemanes han ofrecido por su parte a los trabajadores un incremento salarial del 4,2% durante los próximos dos años a partir de julio, pero Verdi lo ha rechazado amenazando con paralizar la actividad industrial si es necesario.