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Cómo mejorar la gestión de residuos

Las Administraciones Públicas, empresas concesionarias, ciudadanos y Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (Scrap) trabajan a diario para mejorar la gestión de los residuos municipales. Es una carrera de fondo para proteger el medio ambiente, en la que se avanza cada día incorporando las mejores técnicas disponibles, mientras se afrontan nuevos retos legislativos y técnicos, sin olvidarnos del papel central y fundamental del ciudadano.

La Comisión Europea ha definido como objetivo estratégico apostar por la economía circular y una gran parte de esa estrategia requiere nueva normativa que pondrá el foco, entre otros, en la gestión de los residuos municipales para mejorar las actuales tasas de reciclado y llegar a un futuro en el que el vertido sea testimonial.

Según los datos ofrecidos por la Unión Europea, en España apenas reciclamos el 30 por ciento de los residuos municipales en 2016. Un dato que debería sacarnos los colores a todos, pues estamos aún muy lejos de lograr los objetivos planteados. Sin embargo, si analizamos los datos ofrecidos por la Unión Europea según el tipo de residuo podemos observar que, gracias a la colaboración y el esfuerzo de todos, en 2016 alcanzamos una tasa de reciclado de envases del 76,8 por ciento.

Estamos en un momento en el cual es crucial trabajar sobre todos los residuos, sean del tipo que sean, pues durante 20 años hemos centrado el foco en los envases, que apenas son el 16 por ciento de todos los residuos que generamos, olvidándonos del resto de la bolsa de basura. Y, pese a que los datos de reciclaje de envases nos colocan entre los mejores de Europa, aun no hemos tocado techo y podemos mejorar.

Si la hostelería estuviera obligada a separar sus restos, la tasa de reciclaje aumentaría

Nuestro modelo actual de gestión de residuos de envases, el Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (Scrap), ha demostrado ser un modelo exitoso que puede seguir avanzando gracias a la puesta en marcha de medidas complementarias que ayudarían a explotar más aun el potencial de este sistema.

Una de esas medidas es la creación o aplicación de una normativa que garantice la obligatoriedad de la separación selectiva en hostelería. En España consumimos multitud de bebidas fuera de casa, en bares y restaurantes, así como alimentos envasados, productos de limpieza y de aseo... Muchos hosteleros ya los gestionan correctamente, pero si esto fuera obligatorio y todos los establecimientos de hostelería separaran correctamente sus residuos, las tasas de reciclado aumentarían, como ya se ha visto en algunas ciudades como Barcelona o San Sebastián que tienen una ordenanza municipal enfocada a ello.

Otra medida es aumentar el coste de la tasa al vertido y la valorización energética con el fin de que se aplique el principio de "quien contamina paga" y la aplicación de la jerarquía de residuos, donde priman la prevención y el reciclado antes que el vertido. Gracias a una tasa disuasoria y armonizada entre comunidades autónomas, se incentivaría una gestión de los residuos más respetuosa con dicha jerarquía, pues se penaliza a quien no exprima al máximo el resto de opciones posibles.

Una tercera opción sería el pago por generación en la fracción resto, así los ciudadanos pagaríamos la tasa de basuras únicamente por lo que no reciclamos. Actualmente, la tasa de basuras, que cubre los costes de recogida y tratamiento de la fracción resto, se fija en función de otras variables que tienen poco o nada que ver con los residuos que generamos y cómo los separamos en casa. Gracias a esta medida, la tasa pasaría a depender de si separamos correctamente nuestros residuos reciclables y cuántos no reciclables generamos. Así, quien no separe o lo haga incorrectamente, tendría que pagar una tasa de basuras superior a quien separase correctamente sus residuos en origen.

Cabe destacar que el pago por generación no solo aumenta la tasa de reciclado, sino que también mejora la composición de las fracciones separadas y el aumento de la recogida selectiva de todos los flujos, no sólo de residuos de envases. Un estudio realizado por la consultora KPMG estima que el pago por generación incrementa la recogida selectiva entre un 30 y un 170 por ciento dependiendo del punto de partida.

Otra opción es aplicar incentivos sobre la tasa de basuras, bonificándola a aquellos que tengan un comportamiento responsable. Ejemplos de los buenos resultados de esta medida son los de municipios como Soria, Calviá o Sant Llorenç de Cardessar, con deducciones en la tasa de basura para grandes generadores.

Por último, no debemos olvidarnos de la importancia de la educación y concienciación ambiental. Todos los cambios que se realicen en la gestión de los residuos urbanos deben tener al ciudadano en el centro, pues son sus actos los que marcan la diferencia. Si trabajamos unidos, lograremos un cambio real que nos facilitará la transición hacia una verdadera economía circular.

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