
La señora Carmena y sus concejales más incondicionales montaron en noviembre de 2018 una plataforma "participativa" bautizada con el nombre de Más Madrid. Su finalidad única es promover como candidata a la Alcaldía de Madrid a la actual alcaldesa. El sábado 12 de enero esa plataforma tuvo su primera reunión, a la que asistió un centenar de personas (es preciso recordar que Más Madrid es una asociación sin cuotas y que ese número resulta ridículo respecto a los inscritos en su página web: dos mil quinientos ciudadanos).
Estamos, una vez más, ante un personalismo que pretende disfrazarse de participativo, cuando de participación efectiva, es decir, con capacidad de decidir, no tiene nada. Ya hemos visto cuánta participación ciudadana han congregado las propuestas de este ayuntamiento durante los últimos tres años y medio. En cuanto a participación imaginativa, conviene recordar que Carmena propuso poner en Madrid receptáculos para el SÍ y para el NO, pero en lugar de papeletas los madrileños arrojarían allí colillas, para evitar así que ensuciaran las calles.
Estamos, pues, ante un proyecto que tiene más de ambición personal que de fuste político. Un proyecto que cuenta, eso sí, con el apoyo incondicional y mentiroso del diario El País. Ellos saben (y yo también) por qué lo hacen. Carmena hará la lista electoral según le plazca, metiendo en ella, eso sí, a los seis concejales que se fueron de Podemos para sumarse al "proyecto de Carmena". ¿Y qué nos espera? Más marketing, más mentiras, más palabrería y más ineficacia (el equipo municipal ha sido incapaz de gastar lo presupuestado en inversiones). Sin embargo, algo bueno tiene esta iniciativa caudillista: los madrileños no tendremos que soportar más a unos cuantos activistas, políticamente descerebrados, que han protagonizado los mayores ridículos en la vida municipal, que está -por citar a Valle Inclán- cada vez más espesa. ¿Cómo fue posible que Carmena aceptara estar acompañada en las confusas listas de Ahora Madrid por personajes como Celia Mayer, Guillermo Zapata, Rommy Arce o Carlos Sánchez Mato? Nunca estuvieron ellos más altos ni el Ayuntamiento de Madrid más bajo. Pero Carmena, en cuanto a caudillismo disfrazado de participación, no se ha inventado nada. Esa es la tendencia dominante que ha traído consigo el populismo. ¿Qué viene haciendo si no Pablo Iglesias? Éste ha pasado hace tiempo el límite del cinismo político, convirtiéndose en un auténtico reyezuelo. Y como todo rey necesita una reina, ahí tienen ustedes a la pareja en su chalet de Galapagar, emulando a Juan Domingo Perón y a Eva Duarte. Y no para ahí la cosa. Basta con leer los nuevos estatutos del PSOE de Sánchez para comprobar que la "democracia directa" (que desde los griegos se sabe que es el recipiente de toda demagogia) se está imponiendo a la democracia representativa, que es la única democracia posible. Ahora en el PSOE nadie puede cesar al "líder", sólo la militancia en un referéndum que sólo el líder puede convocar. En cuanto al PP, pues ahí sigue, exhibiendo dedazo, como siempre.