Firmas

¿Coyuntura económica o política?

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en la firma del acuerdo presupuestario. Foto: Efe.

Lo quieran ver, o no, los responsables políticos, la coyuntura económica presenta nubarrones. A nivel internacional, las políticas autárquicas de Donald Trump ralentizan el comercio internacional, algo que para una economía abierta como la española es preocupante e influye en la volatilidad de los mercados bursátiles. A nivel nacional, el sector turístico (12% del PIB) se enfría por la mayor competencia de los países mediterráneos, que se recuperan de la caída en las "primaveras árabes". La dilación de pagos a proveedores por parte de las empresas indica que se asoman dificultades económicas (elEconomista, 21/10/2018). En octubre, si el aumento de paro es superior a 100.000 desempleados más, confirmará esta tendencia. Otros indicios, como la crisis de la Naval o de Alcoa, son datos a tener en cuenta para completar el marco de la coyuntura económica.

Ante ella, la respuesta de la política es la de la avestruz. Dedicado el Gobierno a mantenerse a toda costa, presenta unos presupuestos para 2019 que dicen tener un tinte social. En estas circunstancias, lo lógico sería animar al sector privado reduciendo impuestos para mantener la creación de puestos de trabajo, que es lo que de verdad es social. Por contra, el proyecto de Presupuestos Generales anuncia subidas de impuestos, que acaban pagando los consumidores o, peor aún, los que hubieran podido encontrar empleo y no lo harán.

En estas circunstancias, lo que hacen los políticos es reunirse unos con otros. El vicepresidente en la sombra, el señor Iglesias, está en un maratón mediático de visitas, mientras su presidente, el señor Sánchez, ha descubierto que los viajes al exterior son una forma de eludir los problemas internos y practicar su inglés. El problema es que ni el Presupuesto que pretende el Gobierno para 2019, ni prorrogar el de 2018, son medidas adecuadas a la coyuntura económica. El primero, porque no tiene en cuenta que el sector privado da síntomas de agotamiento y le aplica nuevos impuestos. El segundo, porque los Presupuestos Generales de 2018 se hicieron para otra situación.

Así pues, coyuntura económica y política se enfrentan. Los políticos enredados en sus particulares disputas son incapaces de ver la realidad económica y anticiparse a ella. Es la historia de la izquierda en el Gobierno de España, que parece condenada a enterrar los avances en economía por su incapacidad de encarar la austeridad fiscal necesaria en esos casos. A continuación, el centro derecha accede al poder obligado a arreglar las cuentas, por lo que se le acusa de "recortes" y austericidio con su consiguiente deterioro electoral. Es como un Nudo Gordiano al que los españoles nos enfrentamos de vez en cuando y que solo se resuelve, como hizo Alejandro Magno, cortándolo con la espada. Una espada que hoy en día se llama elecciones.

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