Firmas

Un negro a favor de Trump

  • El truco consiste en aprovechar la popularidad ajena para la causa política
Kanye West en el Despacho Oval. Foto: Efe.

Kanye West es un afroamericano, es decir, un negro. Un negro que ha ganado 21 permios Grammy y ha vendido más de veinte millones de discos. Es músico y está casado con Kim Kardashian, una de las famosas hermanas con ese apellido armenio que destacan por su popularidad y sus notables traseros. Pues bien, resulta que West goza en los EE.UU. de una notable popularidad como rapero y es, además, de los pocos afroamericanos que bebe los vientos por Donald Trump. Por eso fue invitado el jueves 11 de octubre al despacho oval de la Casa Blanca, donde se presentó luciendo una de las características gorras rojas pro Trump (en las que aparece un lema que traducido al español dice "Hagamos de nuevo una América grande".

Y allí estaban Trump y su adorador cuando este último, tras elogiar sin límites ni vergüenza a su dios, se lanzó y comenzó a contar su vida. Empezó por explicar aquella gorra. Dijo que le daba "poder", como si fuera "una capa de Superman", y que se debía a una carencia infantil: "Mis padres se separaron, así que no tuve mucha energía masculina en mi casa. Además, estoy casado con alguien cuya familia tampoco tiene mucha energía masculina, aunque ella es estupenda".

Luego aclaró que no por ser negro (empleó esta palabra tan poco "correcta") tenía que votar a los demócratas: "Trump está ahora mismo en su viaje de héroe nacional y posiblemente nunca ha pensado que tendría aquí a su favor a un loco hijoputa como yo".

Y yo, como cualquiera, me pregunto: ¿qué entenderá este señor por "energía masculina"? Será cosa de las gónadas, supongo. Pero, ¿para qué sirve esa energía masculina? ¿Para cantar con voz de barítono? ¿Para mear de pie? ¿Para afeitarse todos los días o para tener pelos en las piernas? Las preguntas de fondo son otras. ¿Qué pinta esta gente en el discurso político?, ¿qué añaden a los argumentos políticos? Y es que un día después de enterarnos del discurso de West nos informan que a Bolsonaro, el derechista ganador de la primera vuelta en las elecciones presidenciales brasileñas, le apoyan a bombo y platillo futbolistas como Ronaldinho y Rivaldo, y también quien fuera dos veces campeón de Fórmula 1, Emerson Fittipaldi.

En el otro campo, el Partido Demócrata norteamericano presentó ese mismo día un par de vídeos donde un variado conjunto de artistas (Sarah Jessica Parker, Kumail Nanjiani, Scarlett Johansson, Julia Louis-Dreyfus...) llaman al voto en noviembre a favor de los demócratas. Desde luego, el truco es viejo y consiste en aprovechar la popularidad de algunas gentes para sumarlas a tu causa. Nadie ha olvidado en España aquella exitosa reunión de caras conocidas de la farándula, simulando con su mano derecha una ceja, la ceja de Rodríguez Zapatero. Me parece que va a tener razón Eduardo Madina cuando escribe que "produce escalofríos que empiece a concebirse la política como una rama más del entretenimiento".

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