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¿Los ricos no pagan IRPF?

Una de las grandes preocupaciones del doctor y presidente interino, Sr. Sánchez, es que "los ricos no pagan IRPF", sí, con comillas pues estoy citando una frase literal del Sr. Sánchez. Esa medida consiste en gravar las rentas obtenidas para importes que excedan de los 140.000 ó 150.000 euros. Una medida que afectará a 90.000 contribuyentes, ¡el 0,5% de los contribuyentes! Esa medida vendrá a reportar a las arcas del Estado la escalofriante cifra de 400 millones de euros, una absoluta nimiedad. Esa cantidad sirve para comprar chocolate para el loro, es populismo rastrero.

Analicemos la medida, una medida que por otra parte es más una demanda de Podemos que del PSOE, valga la puntualización. Comencemos por la palabra rico. ¿Qué es un rico? De acuerdo con la RAE nos referimos a personas "que tiene mucho dinero o muchos bienes". Pues ya tenemos el primer error de concepto dado que el IRPF es un impuesto que grava la obtención de rentas, no la posesión de dinero o bienes.

Quizá el presidente del Gobierno haya cometido un desliz y quería referirse a gravar las rentas procedentes de la tenencia de dinero o acumulación de bienes por parte de los ricos, no seamos mal pensados. Pues tampoco, puesto que estas rentas se declaran en la base imponible de ahorro y no en la base imponible general. Hay que recordar aquí que el máximo de ese gravamen es del 23% para las rentas que excedan de 50.000 euros, algunas de las cuales ya han sido gravadas anteriormente, como los dividendos.

Una advertencia sobre los rendimientos gravados en las base imponible del ahorro. Dentro de este epígrafe deben integrarse las ganancias patrimoniales generadas por la venta de un inmueble. La mayor parte de las familias españolas poseen su casa en propiedad. La venta de esta importantísima y relevante inversión genera, normalmente, ganancias patrimoniales salvo reinversión en otra vivienda habitual.

Imaginen a una familia española que vende su casa la cual acumula una importante plusvalía, dado que es propietario desde hace muchos años. Elevar la tributación de las rentas del ahorro supondría aumentar considerablemente la cuota de gravamen a la que está sujeto el hecho imponible la plusvalía generada por la transmisión, lo cual dispararía la cantidad a abonar a Hacienda. Es conveniente recordar que han sido eliminados los coeficientes de inflación y abatimiento por el Sr. Montoro. Esta supresión ha encarecido notablemente la factura fiscal a muchos ciudadanos en este aspecto. ¿Es rico quien tiene una vivienda en propiedad, la cual incluso puede haber heredado? Tengamos presente, además, que habrá que hacer frente a la plusvalía municipal. Como ven, es muy importante no hacer populismos fáciles y demagogos con estas cuestiones.

Ciertamente nuestro país recauda por IRPF menos que otros países como Francia, Italia y Alemania. El Instituto de Estudios Económicos cifra la recaudación de IRPF sobre el PIB en un 7,3%, dos puntos menos que la media de la Unión Europea. No es por tanto descabellado, aun cuando a mí personalmente no me guste, incrementar la recaudación. Ahora bien esta diferencia se produce no porque los ricos no paguen, que sí pagan, o por no tener unos tipos de gravamen semejantes a los de la Unión Europea. Para saber la causa, no hay que ser doctor en Economía, solo leer e informarse a través de expertos, pues la razón es la caída de las bases imponibles producidos por los descuentos y exenciones existentes en el modelo español del Impuesto sobre la Renta. Estos mismos expertos han demandado más la eliminación de las aludidas rebajas, ampliación de la base imponible, no la elevación de los tipos de gravamen.

¿Qué opinan ahora de la frase "los ricos no pagan" del presidente Sánchez?

Es muy difícil analizar las medidas económicas del Gobierno del Sr. Sánchez, doctor en Economía y presidente interino de la nación; la palabra adecuada es que es imposible. Lo es, debido a que más que un Ejecutivo al uso, es un Ejecutivo veleta pues sus medidas varían en la dirección por donde sople el viento de sus aliados. En estos más de cien días de interinidad, no ha tomado ni una solo medida económica. Debe ser que para el doctor en Economía una tasa de desempleo del 15,1%, en el caso de las mujeres es del 17%, no es el problema más acuciante que tiene el país. Es preferible para el presidente del Gobierno de este país, como recordó hasta el hartazgo en la entrevista con Ana Pastor, acometer otros problemas. El paro puede esperar.

Sería mejor que se dedicara a paliar alguno de estos problemas que sí que son urgentes de solucionar. El encarecimiento de la luz, la subida que estamos teniendo en gasolinas, el aumento del gas especialmente en el butano, la fuente energética más consumida por las rentas más bajas; el previsible repunte de los tipos de interés que dañará el bolsillo de los hipotecados a tipo variable; la unificación de los diecisiete mercados que se dan en el país debido al caos que suponen en este aspecto las competencias autonómicas; la financiación de las comunidades autónomas; potenciar el desarrollo tecnológico con la vista puesta en un futuro que ya se está produciendo; aumentar la calidad y empleabilidad de nuestros jóvenes, además fomentar la formación continúa tan necesaria en una sociedad cada vez con mayor peso en servicios; solventar el déficit de nuestra comatosa Seguridad Social, etc.

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