Firmas

La Sanjurjada

El General Sanjurjo. Foto: Wikimedia Commons

El pasado 10 de agosto se cumplieron 86 años de la primera rebelión militar, conocida como la Sanjurjada, contra la II República. La sedición, encabezada desde Sevilla por el general José Sanjurjo, terminó en fracaso. Un tribunal militar condenó al general a la pena de muerte pero el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, y a petición del Gobierno presidido por Manuel Azaña, conmutó dicha pena por la de cadena perpetua. Con posterioridad el Gobierno conservador radical cedista, surgido en las elecciones de noviembre de 1933 y presidido por Alejandro Lerroux, amnistió a Sanjurjo y a los demás militares golpistas. Una amnistía a la que inicialmente Alcalá Zamora puso reparos pero que finalmente acabó firmando. Los militares rebeldes de julio de 1936 y con el general Franco a la cabeza, contaban con la aquiescencia de Sanjurjo para ser proclamado como jefe máximo de la rebelión y posiblemente jefe del Estado surgido tras ella. El 20 de julio de 1936, el avión que lo trasladaba desde Estoril (Portugal) a la zona controlada por los rebeldes tuvo un accidente en el que murió.

Una de las falacias sobre las que descansa el revival franquista de nuestros días consiste en presentar la rebelión militar de julio de 1936 como una reacción más que justificada ante la ingobernabilidad que caracterizaba supuestamente a la República. Dos hechos convenientemente sacados de contexto pretenden avalar esa argumentación: la rebelión de la cuenca minera asturiana entre los días 5 y 19 de octubre de 1934 y la proclamación el 6 del mismo mes del Estado Catalán de la República Federal Española hecha por el President de la Generalitat, Lluis Companys.

Como se ve, la Sanjurjada es dos años y dos meses anterior a los acontecimientos expuestos anteriormente. Lo cual significa que los militares golpistas, instigados y apoyados por la oligarquía económica española y también la catalana, conspiraron contra la República desde la proclamación de ésta el 14 de abril de 1931. Ésa es una de las razones por la que tertulianos apologistas vergonzantes del franquismo "han olvidado" esta fecha histórica del 10 de agosto de 1932. Sorprende también, por parte de estos historiadores de emergencia, la fijación en el comienzo de los hechos y el olvido de todo el proceso posterior de los mismos. Veamos.

Tanto en los acontecimientos de Asturias como en el de Cataluña, el Gobierno conservador de la República intervino manu militari a través de los generales Franco en la cuenca minera y Batet en la Generalitat. ¿No es eso lo que demandan ahora de la monarquía borbónica restaurada? Contradicciones propias de la obcecación.

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