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'Trump-as'

Foto: Getty.

A los demagogos, como son mentirosos, se les pilla antes que a los cojos y esto, me parece, le va a pasar a Trump respecto a muchos de sus dislates. Primero se puso en contra de la integración de los países de Asia-Pacífico, después le tocó el turno al TLCAN y, por último, atacó a la OMC. Alfonso Carbajo nos lo ha recordado: "En todas las guerras, la primera víctima es la verdad". Los argumentos aducidos por Trump a favor de imponer aranceles a las importaciones son -en opinión de Carbajo- surrealistas. El objetivo de los aranceles, dice Trump, es eliminar el déficit comercial de EEUU y crear producción y empleo en América. Antes de seguir adelante conviene saber de dónde le vienen a los EEUU sus elevados déficits por cuenta corriente y no parece que sea del dumping que China o Europa practican en el mercado americano, sino que provienen de otro hecho indiscutible: la economía americana absorbe más bienes y servicios de los que produce o, dicho de otro modo: su ahorro es insuficiente para financiar la inversión, por lo que tiene que recurrir a la financiación exterior. De hecho, tanto China como la UE y los otros países son la hucha que permite a EEUU saciar su enorme demanda de bienes y servicios.

Por otro lado, ¿cómo se puede aumentar la producción en EEUU a base de aranceles si tiene un 3,7% de paro? En otras palabras, la economía americana está en pleno empleo. El ya citado Carbajo nos ha recordado que un analista del MIT llamado Alonso de Gortari ha demostrado que las importaciones procedentes de México contienen en su seno un 40% de exportaciones previas desde los EEUU hacia México. Y es que las simplezas son muy engañosas en un mundo complejo. Un ejemplo: Trump impuso un 10% de arancel sobre las importaciones de acero y un 25% sobre las de aluminio. Resultado: General Motors (GM) puso el grito en el cielo, pues sus vehículos fabricados en EEUU vieron de golpe subir sus costes. ¿Es que Trump no sabe que las empresas norteamericanas importan materias primas para sus producciones? Pues sí que lo sabe, y él tiene la solución para eso: proteger a GM mediante un arancel del 25% a los coches procedentes de Europa o de Asia.

La mejor respuesta a estos disparates trumpianos la han ideado los mexicanos. ¿Cómo? Han gravado con más rigor los productos siderúrgicos importados procedentes de Indiana, feudo del vicepresidente Mike Pence; también las embarcaciones de recreo (para castigar a Mark Rubio, de Florida); los derivados porcinos (procedentes de Iowa, donde hay tres distritos que pueden perder los republicanos); por último, han gravado con aranceles disuasorios la importación de bourbon, lo cual ha sembrado la alarma entre los destiladores de Kentucky, el Estado de donde proviene el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell.

Vamos, que donde las dan las toman.

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