Cumpliendo el cronograma electoral colombiano a ocho días de la primera vuelta se dio el cierre de las distintas campañas que aspiran a quedarse con la presidencia de Colombia, un país que de seguro no será el mismo quede el candidato que quede.
Lo cierto es que cualquier camino conducirá a que Colombia tenga un presidente que tendrá que jugársela por su nación desde su pedacito de realidad. Por un lado Iván Duque que lidera todas las encuestas, ha demostrado tener un buen discurso con gran habilidad para hilar respuestas contundentes de la nada, trayendo buenas cifras y argumentos. Lo han castigado mucho sus detractores por su falta de experiencia y en algunos debates se evidenció una sobre preparación (casi "libreteado") en donde perdía soltura.
El exvicepresidente, Germán Vargas Lleras, que ha sido calificado de arrogante y poco carismático, logró engranar una buena serie de debates y aún así esto no se lo reconoció ninguna encuesta. Su discurso es tal vez el más sólido y el que claramente conoce más al país de todos los candidatos, su programa de gobierno pareciera ser el mejor estructurado y extenso. Sergio Fajardo, el exGobernador de Antioquia, tan criticado en el pasado por hacer discursos de los que pocos logran extraer conclusiones claras, demostró que tiene equipo pero sigue dejando extraños mensajes en sus intervenciones, frases muy elaboradas pero poco contundentes, en las encuestas fue creciendo en las últimas semanas.
El exnegociador del Gobierno con las FARC, Humberto de la Calle, no repuntó en ningún sondeo y el respaldo del Partido Liberal, uno de los más tradicionales de Colombia, brilló por su ausencia. De la Calle tiene un discurso articulado y muy enfocado en la coyuntura actual del país en un proceso de postconficto, pero pareciera que es a la vez su peor enemigo, como le sucediera al actual presidente Santos que terminará su mandato con una firma de paz con las FARC, un Nobel en su historial pero el más bajo respaldo que haya tenido presidente alguno en los más recientes años.
Por último está Gustavo Petro, que ha logrado, fiel a su estilo, manipular las conversaciones para siempre estar en el ojo del huracán, haciendo noticia o inventándolas. Las encuestas lo dan a él como el segundo detrás de Duque y un eventual rival en segunda vuelta. Al cierre de su campaña ya estaba entregando los titulares que tendrán a Colombia en discusión esta semana: Cómo garantizar que no exista fraude electoral el próximo 27 de mayo. Tan exitoso es en su efecto, que todas las otras campañas se refirieron a esas declaraciones y lo único que hacen es mantener vigente su discurso repleto de propuestas populistas que, como decía Antonio Caballero, parece un plan de Gobierno para los próximos 40 años de Colombia.
Sabremos el 27 de mayo quién es el presidente o quienes son los dos contrincantes para la segunda vuelta. Cada vez es más difícil creer que se definirá en primera vuelta, y en las últimas semanas también es incierto decir quién de seguro pasará a segunda vuelta acompañando a Iván Duque, pareciera ser Gustavo Petro pero Fajardo ha repuntado y sigo creyendo que en Vargas Lleras hay algo que no se ha medido bien en las encuestas, solamente un estudio de pronóstico publicado por la firma Cifras & Conceptos, ha previsto en varias ocasiones a Vargas Lleras en segunda vuelta.
El resultado está a pocos días. La confusión y el miedo que han generado unos con otros, ha enfrentado a la sociedad y no se puede culpar de esto a la ultraderecha o a la más vehemente izquierda.
Quedan pocos días, llenos de expectativas, porque seguimos siendo el país con el mayor potencial de desarrollo en la región, y así llevamos años declarándolo, pero nunca terminamos de materializarlo. Lo cierto es que Colombia este 27 de mayo empezará a ver otro camino, algo de la bruma se despejará y será el juego del todo por el todo.
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