
Las cuentas del Estado para el año que empezó hace tres meses y tres días ya están en el Congreso. Las próximas semanas van a dedicarse al análisis pormenorizado de los números que el gobierno ha elaborado en el proyecto de ley más importante de entre los que llegan cada año a las Cortes. Habrá por tanto dos dimensiones para esta ley presupuestaria: la de las cifras reales que no son manipulables porque son números, a pesar de que se interpreten de forma partidista, y la de una negociación política que permitirá o no la tramitación y posterior aprobación de los presupuestos a finales de abril en primera instancia y a finales de junio de forma definitiva.
El factor PNV
La mayoría minoritaria del gobierno le coloca por segundo año ante un panorama complicado aritméticamente. Pero esta vez es mucho peor que en 2017 por el factor desestabilizador que el golpe independentista ha provocado. Uno de los grupos parlamentarios clave en el apoyo al ejecutivo, el nacionalista vasco, ha adoptado una posición que hasta ahora es inamovible, negando su apoyo a las cuentas mientras siga aplicándose la Constitución en una parte del territorio nacional. Se podría achacar al gobierno la decisión de intervenir en octubre aplicando al artículo 155, pero no de mantenerlo en el tiempo como está ocurriendo por la única y muy concreta responsabilidad de las formaciones soberanistas.
El PP quiere cinco escaños del PSOE
La propuesta de Javier Maroto no tiene precedentes. Nunca el PP votó a favor, ni total ni parcialmente, de ningún presupuesto presentado por González o por Zapatero. Elegir cinco votos "al azar" del primer partido de la oposición porque son los que necesita el gobierno para no verse sometido a los efectos de la negativa nacionalista, es un sin sentido que no le conviene ni siquiera al sistema parlamentario del que disponemos. No habrá que esperar a esa carambola, porque la posición del PSOE es apriorística, como lo fue la del PP en aquellos gobiernos socialistas. No habrá apoyo ni al azar ni sin azar, lleven lo que lleven implícito las cuentas del Reino. Ese juicio previo es extensible a otros grupos a los que les concierne muy poco el contenido del proyecto presentado en el Congreso porque tienen ya decidido el sentido de su voto en función del color político del gobierno que lo ha elaborado.
El acta de defunción de la austeridad
Hoy se escuchan declaraciones en las que se afirma categóricamente que el gasto social de los presupuestos baja, y si uno se toma la molestia de consultar los números se da cuenta de que el gasto social sube. La protección social de estas cuentas es la mayor que se recuerda en muchos años. Y las partidas presupuestadas para los ministerios aumentan, en algunos casos de forma muy considerable. Son cifras, no elementos subjetivos.