
Acaba de publicarse traducido al español Inteligencia artificial. Lo que todo el mundo debe saber. El autor es Kerry Kaplan y la editorial Teell (Zaragoza). Kaplan no habla de oídas sobre este asunto, pues tiene tras de sí una larga experiencia empresarial en Silicon Valley. Otra obra suya recomendable, también editada por Teell es Abstenerse humanos.
Jesús Bouso, estadístico Superior del Estado, nos ha ilustrado acerca del último libro de Kaplan y nos ha recordado que "las máquinas ya poseen, de hecho, capacidades intelectuales superiores a las humanas para la realización de multitud de tareas, como detectar tsunamis, jugar al ajedrez o resumir conferencias de prensa". Pero dice también que "conviene ser prudente a la hora de acotar el potencial futuro de la inteligencia artificial, puesto que la historia demuestra que, permanentemente, las máquinas rebasan metas que se les presuponían vetadas por sus intrínsecas limitaciones".
El libro de Kaplan da cuenta de algunos logros en el campo de la inteligencia artificial, entre ellos el programa Deep Blue, que en 1997 consiguió la hazaña de vencer a Gari Kaspárov, a la sazón campeón del mundo de ajedrez. El libro aborda también los problemas filosóficos y legales que planteará la inteligencia artificial.
Mas, aparte de publicitar este libro, quería yo bajar a ras de suelo para contar una "práctica" empresarial que me preocupa. Llamemos "x" a una empresa informática cuyos emprendedores andan por ahí vendiendo "proyectos" a las grandes empresas, especialmente a las financieras, ofreciéndoles el oro y el moro en forma de aplicaciones... y cuando alguien pica fichan en el mercado laboral a un grupo de informáticos jóvenes, les sacan la piel a tiras con horarios esclavistas y en quince días o un mes les ponen de patitas en la calle. No voy a entrar en si hay que volver o no a las garantías laborales, pero de lo que sí estoy seguro es de que por ese camino no vamos a ninguna parte.