En el blog Economía a lo claro, Javier Gilsanz nos ha ilustrado sobre un asunto poco conocido: el coste de los entierros. Pero los entierros no son ninguna broma, tampoco desde el punto de vista económico.
En 2015 hubo 1.120 entierros diarios, cantidad que seguirá creciendo hasta llegar, según las proyecciones demográficas, a los 1.540 dentro de algunos años.
¿Y cuánto cuesta un entierro? Pues entre 3.500 y 5.000 euros, dependiendo de la ciudad donde uno se muera, de los traslados y de los servicios que se contraten. Es más cara una sepultura (unos 18.000 euros) que un nicho (los hay desde 1.500 euros) y es más barata una incineración (unos 700 euros de media). Y luego están los "extras", que son cada vez más sofisticados: flores, esquelas, ceremonias...
Actualmente más de 20 millones de españoles tienen un "seguro de entierro", una cifra muy alta e inimaginable en el resto de Europa. Un seguro que está casi tan extendido como el del automóvil. De hecho, estos seguros facturaron en el año 2016 2.163 millones en primas y es el seguro que más ha crecido con la crisis: un 90% en tan sólo cinco años (2011-2016). Un seguro que se reparten en estricto oligopolio cinco empresas que imponen a los clientes condiciones y precios.
La mayoría de los que tienen una póliza de decesos superan los 45 años, pero como muchas pólizas son familiares, también hay jóvenes "cubiertos". Hay varias modalidades de póliza y la prima media está hoy en 269 euros al año. Con esos precios y la creciente esperanza de vida se acaba pagando el triple del coste efectivo de la "despedida".
En España hay 2.430 tanatorios con 7.050 velatorios (seis veces más que los entierros diarios), lo cual significa que más del 80% de los velatorios están vacíos, cosa impensable en el resto de Europa. Y lo mismo pasa con los hornos crematorios. En España hay 380 crematorios frente a 165 en Alemania (con casi el doble de población) y 163 en Francia (con un tercio más de habitantes).
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