"El cliente siempre tiene la razón". "El cliente manda". "Un cliente contento es siempre un buen cliente"… Todos hemos escuchado estas frases más veces de las que podemos recordar. No siempre son ciertas, por supuesto, pero si atendemos a la sabiduría popular que, a día de hoy, sigue siendo uno de los gurús más infalibles del mundo, algo de caso sí debemos hacer a estos lemas o claims, que dirían los más modernos.
Muchas compañías, independientemente de su tamaño, basan su estrategia empresarial en ofrecer al cliente lo que necesita, lo que quiere o lo que todavía no sabe que necesitará o querrá. La investigación acerca de estas necesidades o deseos puede ser más o menos exhaustiva, lo que sabemos de antemano es que el cliente lo quiere en cualquier momento y cualquier lugar, de forma sencilla y móvil.
Todo debe de ser móvil, queramos comprar, hablar, entretener, formar, pagar en un restaurante o subir a un avión. Convivimos con la movilidad a todas horas, y es que el 77% de los consumidores ya utiliza su smartphone para realizar sus gestiones diarias.
Sin duda, los millennials (aquellos nacidos entre el año 1985 y el año 2000) son los reyes de la movilidad. Y es que esta generación conforma el grueso del tráfico de datos manejados por entidades como ING Direct, quién ya establece que para el 67% de los españoles pagar con el móvil es una alternativa al efectivo y más de la mitad lo considera una alternativa más sencilla.
Este segmento generacional de nativos digitales empieza a ser el cliente del que hablamos, empieza a ganar terreno en el mercado laboral y exige cada vez más en lo que a digitalización se refiere. Esto es lo que terminará revolucionando la industria, y más allá de verlo como una amenaza, esta exigencia es una gran oportunidad para solventar las necesidades del mercado laboral de nuestro país.
Saber responder a las necesidades de nuestros clientes y empleados, es una de las garantías de éxito más tradicionales que existen. Sin embargo, para solventar estas necesidades debemos de huír de la tradición para situarnos en la vanguardia y llamar la atención de las nuevas generaciones de talento que son protagonistas del abanico laboral.
Las nuevas generaciones de profesionales buscan la movilidad en todos los ámbitos de su vida, e incluso, con más énfasis, en el laboral. Es por eso que las soluciones para el teletrabajo, la formación continua, la flexibilidad laboral o los vales de comida den el salto al mundo digital para ofrecer el valor añadido de poder ser utilizadas a través del móvil. Disponibles a través de Android Pay y Apple Pay, los tickets restaurant han sabido responder a las necesidades y costumbres de los empleados más jóvenes.
A nadie se le ocurre intentar atraer el talento de los jóvenes sin presentarse ante ellos como una empresa atractiva, ya que hoy en día éste tipo de beneficios son igual de determinantes que los sueldos a la hora de atraer talento. Hoy una compañía atractiva es aquella que representa unos valores, que se preocupa por sus empleados, que intenta acompañarles en el camino, que responde a sus necesidades, demandas y costumbres y es moderna.
La modernidad va más allá de los aparatos inteligentes. Una empresa moderna es la que es capaz de integrar las nuevas tecnologías en el día a día de los empleados, de forma que puedan facilitar la gestión del negocio o su propio trabajo.
Por ello, no se trata de ofrecer más o menos beneficios sociales únicamente. Se trata de innovar en los que se ofrece, pensando en el empleado, en qué valora más y qué necesita y, sobre todo, en cómo los necesita.
Innovar es siempre necesario pero cuando el cliente, además es tu empleado, innovar supone seguir adelante, atrayendo talento o desaparecer, siendo invisible para los nuevos profesionales.
