
El ilegal proyecto de independencia de Cataluña no tiene viabilidad económica. La independencia ahogaría económicamente a Cataluña debido sobre todo a un insostenible déficit y una deuda impagable.
Si se produjese una hipotética independencia de Cataluña, las grandes multinacionales abandonarían la región sin dudarlo. De hecho, son muchas las que ya han cambiado su domicilio fiscal a Madrid o a otras regiones de España, por el alto nivel de inseguridad jurídica que existe en Cataluña, incompatible con el desarrollo empresarial y la creación de empleo.
En definitiva, las multinacionales tienen la capacidad suficiente para sortear un hecho extraordinario como la independencia catalana sin que su cuenta de resultados se resienta. Salvo las multinacionales de origen catalán, que podrían verse afectadas por un boicot a los productos de la región si se produjese la independencia, que acabaría afectando a su negocio.
Las pymes, víctimas
Las que de verdad sufrirían las terribles consecuencias económicas de una fractura de España serían las pequeñas y medianas empresas catalanas, ya que tienen una gran dependencia del resto del país, su principal socio comercial, a pesar de la importancia que ha ganado la exportación en los últimos años.
Las únicas pymes que se librarían de estas dificultades serían las relacionadas con el entorno del independentismo catalán. Es decir, aquellas que, por tener afinidad con los independentistas, se convertirían en receptoras de subvenciones públicas, proveedoras insitucionales de la Administración, etc.