
En Europa, América y Asia hay un debate económico importante sobre las balanzas exteriores de las naciones. La cuenta de un país con el resto del mundo es uno de los indicadores económicos más relevantes. Muestra el desempeño de una economía y permite comparar su estructura, dinámica y políticas.
El análisis de las cuentas exteriores principia en el signo del saldo (superávit o déficit) y sigue con la composición de las sub-balanzas de mercancías (importaciones y exportaciones), servicios, transferencias y capitales. Luego, se mostrará la concatenación entre los superávits de unos países y los déficits de otros. Entonces, cabe referirse a twin imbalances y a global imbalances: el déficit comercial de un país está financiado por otros países al comprar la deuda pública que emite el primero para financiar su déficit público. Los déficits de comercio, de capital y público de Estados Unidos se financian con los superávits de China. Ambas naciones están en co-dependencia. De modo semejante, el gran excedente comercial de Alemania y sus países vecinos, financia los déficits de la europeriferia.
El debate sobre las balanzas exteriores es agudo. Los mejores economistas están inmersos en el análisis de las razones de los desequilibrios comerciales. Así, participan en la controversia Hans-Werner Sinn, Daniel Gros, Pierre-Olivier Gourinchas, Hélène Rey, Élie Cohen, Charles Wyplosz, Christoph Schmidt, Martin Feldstein, Barry Eichengreen, Carmen Reinhart, Kenneth Rogoff, Paul Krugman, Joseph Stiglitz, Stephen Roach, Koichi Hamada, Keyu Jin o Yu Yongding, todos sienten que tienen algo que decir... a veces algún entuerto por desfacer. También instituciones como OCDE, FMI, BCE y Comisión Europea son muy activas en el análisis de las balanzas comerciales.
¿En qué medida las balanzas exteriores revelan la competitividad? En un mundo global, o en una unión monetaria como la eurozona, realmente, los desequilibrios, ¿deben preocupar?, ¿son negativos, deben corregirse y pueden corregirse? ¿En qué grado los déficits por cuenta corriente se deben a la brecha entre tasa de ahorro y tasa de inversión? Si la tasa de inversión de una economía es inferior a su tasa de ahorro -esto es, el país exporta ahorro, genera inversión neta en el extranjero-, habrá un superávit de la balanza por cuenta corriente. En otros términos, el superávit de la sub-balanza comercial se compensa con déficit de la sub-balanza de capital.
El exceso de consumo de los países genera déficits en la balanza corriente; o inversamente, el exceso de ahorro genera superávits. Según cuáles sean las tendencias de los diversos aspectos anteriores, cabe deducir unas u otras recomendaciones de política comercial y de política económica general. No obstante, se entenderá que, si los motivos que determinan los balances exteriores son robustos, la efectividad de las políticas para manejarlos será escasa.
Veamos un ejemplo: si el déficit comercial americano (y de tantos otros países) se debe a la brecha entre ahorro e inversión (esto es, si hay un déficit de ahorro, hay sobre-consumo, y la inversión, ¡y el consumo! se financian con ingresos de capital del resto del mundo, ingresos por los cuales el país paga un interés y que deberán amortizarse), entonces los esfuerzos del presidente Trump y de todos los proteccionistas no tendrán eficacia; incluso pueden ser contraproducentes para los Estados Unidos y su disminuida industria.
Veamos otro ejemplo: el éxito de la economía alemana y de los países nórdicos, concretado en superávits comerciales del 6-10% del PIB ¿se deben a una manipulación de la divisa -un euro depreciado-, a la calidad de su mittelstand industrial, a salarios exíguos, a un déficit de consumo y exceso de ahorro, a un déficit de inversión pública y a la inversión privada en el exterior? El superávit comercial, ¿es positivo para Alemania (con una tasa de empleo exuberante y una tasa de paro reducida) y es negativo para Francia e Italia (cuyo sistema industrial decae y cuyo sistema social sobreprotege)? Los problemas de los países euro-mediterráneos, ¿se deben al excedente comercial y las inversiones alemanas y nórdicas? Ojo, tras la crisis y el ajuste, la europeriferia, y señaladamente España, también ¡tiene superávit comercial!, en este caso no con Alemania, pero sí con el conjunto del mundo.
La significación económica y política de las balanzas exteriores ha llevado a la Unión Europea a monitorizar los desequilibrios macroeconómicos excesivos, sean déficits (público y comercial) o superávits. De esta guisa, la Comisión observa, recomienda y corrige a los Estados miembros. En este proceder comprobamos el valor añadido de la Unión para la estabilidad de los países y su convergencia hacia el nivel de los más avanzados.