Firmas

Intolerancia

Foto: Reuters.

Los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils desatan una ola de intolerancia en las redes sociales muy superior a la que se produjo en otras ocasiones. Ni los terribles atentados del 11-M provocaron la islamofobia que se genera en esta ocasión. Pero no solamente existe ese rechazo contra los "moros", sino también entre españoles y catalanes. Es como si estos actos salvajes hubiesen hecho de catalizador para dar rienda suelta a nuestros propios demonios.

Es cierto que la mayoría de la población no participa en esta orgía de intransigencia y que solo algunos sectores muy radicalizados creen que la intolerancia se debe combatir con mayor intolerancia. Se oye decir sin pudor que "habría que cerrar todas las mezquitas" y "expulsar a todos los imanes, tanto si predican la guerra santa como si no". El problema es que esas minorías son muy activas y sus mensajes xenófobos se multiplican y propagan con enorme rapidez.

Su argumento central es que no generan odio; simplemente se defienden para salvaguardar nuestra forma de vivir. Según proclaman, nuestros valores están en peligro porque los musulmanes no se integran. Dicen que crean su gueto y que se rigen por sus propias leyes coránicas, pues es una religión que proclama acabar con el infiel e imponerse a hierro y fuego.

Estos argumentos se ven respaldados por las actuaciones que adoptan algunos países europeos o americanos como reacción a las masacres que han sufrido por parte de los fanáticos religiosos. Sin embargo, tales argumentos no son ciertos. El fanatismo religioso o social no es exclusivo de los musulmanes. Se ha producido en toda época y lugar. Solo hay que visionar la película dirigida por D. W. Griffith Intolerancia (1916) para darnos cuenta de que esa lacra siempre ha estado con nosotros.

Una cosa es que la policía haga su trabajo y que los jueces hagan cumplir las leyes, pero otra totalmente diferente es que no toleremos una religión, una cultura y unos hábitos que forman parte del patrimonio de la humanidad. Aunque no esté de moda decirlo, la alianza de civilizaciones fue una buena idea, si por ella entendemos el respeto a las creencias ajenas. Si queremos que los yihadistas se salgan con la suya solo tenemos que caer en el enfrentamiento hasta reeditar las bochornosas guerras religiosas.

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