
El PNV se ha convertido en el fiel de la balanza de la política española. Dicho en román paladino, "tiene la sartén por el mango y el mango también". Es el lehendakari, Íñigo Urkullu, quien decide si habrá Presupuestos para 2018 o si por el contrario triunfa una hipotética moción de censura que pueda presentar el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, tras el 1 de octubre.
Y esta posición de máxima fortaleza se la entregó graciosamente el expresidente de la Generalitat, Artur Mas con una torpeza política que asombra. El nacionalismo catalán, al renunciar a ser bisagra de la política española le cedió ese papel de mediador al nacionalismo vasco.
Los números cantan. Mariano Rajoy no habría podido mantenerse en el poder si no hubiese sacado adelante los Presupuestos de este año y el techo de gasto para el que viene. Y esto lo ha conseguido con los votos del PP, Ciudadanos y PNV, con el aderezo de los dos votos canarios.
En septiembre, Urkullu decidirá si le conviene una Legislatura larga o corta. En principio, tiene un pacto con el PP que le garantiza los privilegios del cupo vasco para una década. Un pacto muy costoso para el resto de los territorios, que se tienen que tragar que una región, por causa de no sé qué derechos históricos, no sea tratada financieramente como el resto. Pero esto no significa que renuncie a tener en algún momento su propio referéndum secesionista. Su proyecto es conseguir una soberanía compartida. Lo han dicho hasta la saciedad: "El Gobierno no debe olvidar que además del problema catalán tiene el problema vasco".
Por tanto, la opinión de Urkullu tras el 1 de octubre, tanto si se celebra como si no el referéndum catalán, será decisiva. La presidenta del PNV de Bizkaia, Itxaso Atutxa, lo dejó entrever al defender públicamente la legalidad del referéndum independentista y confiar en que el Ejecutivo no aplique el artículo 155, "porque de lo contrario tendríamos que retirarle nuestro apoyo". Y no hay que olvidar que los votos del PSOE, Podemos, los nacionalistas vascos y catalanes suman más de 175 escaños, mayoría absoluta.
Como en la película del argentino Manuel Antín, el PNV tiene La sartén por el mango (1972) y lo va a poner en valor.