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Las empresas que han sobrevivido a la crisis son ahora más pequeñas pero más productivas

El sector financiero es un claro ejemplo de la evolución que han sufrido las empresas durante la crisis, en este caso protagonizada por la digitalización. Los bancos españoles acometieron al inicio de la crisis un plan estratégico basado en la reestructuración de estas entidades financieras.

El objetivo del proceso era aumentar la productividad, adaptar el servicio a las expectativas del nuevo cliente tecnológico, reducir costes, cumplir con las exigencias del regulador, impulsar la gestión multicanal, mejorar la competencia frente a las fintech, etc.

De forma paralela, la digitalización también ha provocado la reducción de las plantillas de todas las entidades financieras españolas: el cierre de sucursales ha provocado el despido de miles de empleados del sector. Los bancos se han convertido de esta forma en entidades más pequeñas, pero a la vez más productivas.

El alto coste de la crisis

Las empresas españolas, pertenecientes a otros sectores productivos diferentes al financiero, también han evolucionado como consecuencia del aprendizaje adaptativo llevado a cabo durante la crisis.

Aunque estas empresas también han sido afectadas por la automatización de procesos, la digitalización, etc., la transformación tecnológica no se ha desarrollado de forma tan rápida como en el sector bancario.

Si bien es cierto que los distintos procesos tecnológicos, que han sustituido a los empleados despedidos durante la crisis, han logrado incrementar la productividad de las mismas.

La realidad es que existen otros factores, más estrictamente asociados a la esencia de la crisis, que han influido mucho más que la digitalización en el aumento de la productividad experimentado por estas empresas multisectoriales.

¿Por qué ha aumentado la productividad?

De hecho, en España, en el periodo comprendido desde 2006 hasta 2014, la productividad por empleado aumentó un 14%. Sobre todo, debido a una razón fundamental: el efecto de la destrucción de empleo ha sido mucho más determinante que la disminución de la facturación de las compañías.

No obstante, este aumento del nivel de productividad se ha desarrollado de manera diferente en función de cada sector empresarial.

En el sector industrial, la productividad se incrementó un 35%. En la agricultura un 30%. En los servicios un 7%. Etc. Por el contrario, la productividad decreció en la construcción un 5%.

Empresas más pequeñas y competitivas

De igual modo, durante estos 8 años de crisis, el tamaño de las empresas en nuestro país se ha reducido. Puesto que, la media en relación al número de empleados en 2006 estaba situada en 16,2 empleados. Y en 2014 bajó hasta los 14,5 empleados.

Tanto en cuanto, entre 2006 y 2014 se destruyeron en España aproximadamente dos millones de empleos. Reduciéndose, por ende, el número de empresas en un 12%. Al igual que la facturación de las mismas, que decreció un 10%.

Sin duda, la crisis ha dejado a las empresas españolas una factura económico laboral en forma de incremento de la competitividad (vía aumento de la productividad) y reducción del tamaño de las mismas y, por tanto, del empleo.

Sobrevivir empresarialmente

En la España actual, marcada por el parasitismo político estatal y la asfixia fiscal y laboral, multitud de nuevos emprendedores están proyectando modelos de negocio planos.

Se trata de empresas cuyos planes estratégicos están basados en la digitalización, la externalización integral de procesos y la contratación de trabajadores freelancers para acometer proyectos temporales.

Este perfil de negocio quizás no consiga convertirse en toda su vida empresarial en una compañía líder o de primer nivel.

Sin embargo, a través de esta fórmula empresarial, el emprendedor tiene la posibilidad de sobrevivir a largo plazo, sin tener que ser conducido por Hacienda y la Seguridad Social hacia el concurso de acreedores.

P.D. Los datos expuestos en el presente artículo se han extraído de un estudio desarrollado por el profesor del IESE Miguel Ángel Ariño, titulado: 'Evolución del tejido empresarial español de 2006 a 2014'

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