
En 2015 según avanzaba la crisis económica regional, también avanzaba en Mercosur el estancamiento comercial, con la consiguiente caída del comercio intra regional. Para tratar de remediarlo, se realizaron las peticiones correspondientes para llegar a acuerdos bilaterales-nacionales con terceros, y el Consejo del Mercado Común (CMC) de Mercosur aprobó "dos importantes decisiones" dirigidas a fortalecer el comercio intra regional, impulsando la derogación de toda normativa nacional que dificultara este comercio, como la serie de medidas unilaterales impuestas por Argentina, con lo cual se pondría fin al "proteccionismo argentino y brasileño".
La primera Decisión 23/15, imponía afrontar obligatoriamente la derogación de todas esas medidas, que debían ser recogidas en el "Plan de Sinceramiento y Fortalecimiento de Mercosur", y ser ejecutadas con la mayor brevedad posible, antes de finales de 2015. La segunda Decisión 56/15, contenía el Plan de Acción propiamente dicho, recogiendo todas las medidas nacionales que debían ser anuladas o reformadas, aunque un año y medio después no se ha ejecutado plenamente.
Más aún, en el último trimestre de 2016, se conocieron nuevas barreras no arancelarias que Argentina estaba imponiendo a sus socios de Mercosur, lo que además de violar la normativa interna vigente ponía en duda la voluntad de aplicar las dos decisiones apuntadas.
Al respecto, surgen algunas dudas que merecen ser despejadas pues se hace evidente que impiden el correcto funcionamiento de Mercosur. Por tanto, son pertinentes al menos las siguientes preguntas: ¿En qué situación se encuentra la evolución de este Plan de Sinceramiento y Fortalecimiento consensuado por los socios? ¿Qué barreras siguen existiendo? ¿Cuál es la verdadera voluntad para levantarlas? ¿Cuándo se haría, ahora o después de las elecciones de mitad de legislatura argentina?
Preguntas que deberían despejarse positivamente para impulsar el comercio intra regional, como una de las palancas más poderosas para retomar un crecimiento vigoroso y más aún, ahora que soplan vientos fuertemente proteccionistas del gobierno de EEUU con su presidente al frente. De esta manera, se enviaría una inequívoca señal de que América Latina continúa reforzando su integración para abrirse más al mundo y fortalecerse ante las políticas marcadamente nacionalistas y proteccionista que quiere imponer Trump.
En marzo de 2016 la coordinación nacional de Uruguay, presentó a los socios de Mercosur un proyecto de Decisión con la finalidad de revisar y flexibilizar los términos de la Decisión 32/00, en materia de formato para la negociación de acuerdos preferenciales con terceros países o grupos de países.
Ese proyecto de decisión pretendía poner fin a un debate interno de más de 10 años. Desde el año 2012, se han producido varios intentos para modificar y/o flexibilizar la 32/00 que establece como pauta básica, que la negociación de preferencias comerciales con terceros debe ser llevada a cabo por el bloque en conjunto.
Esta condición está vinculada con la existencia misma de la unión aduanera y del Arancel Externo Común (AEC) y con el hecho de que un acuerdo de preferencias debería ser igual para todos los socios porque de lo contrario el AEC, perdería sentido o dejaría de tener relevancia práctica. Esto crearía además, un problema de circulación de bienes al interior de Mercosur y erosionaría las preferencias entre los Estados Parte (EP).
Esta Decisión 32/00, representa el argumento jurídico central que Brasil y Argentina han exhibido a lo largo de la última década para bloquear la demanda de Uruguay y Paraguay para negociar acuerdos bilaterales con terceros países o regiones. En este sentido, el proyecto uruguayo establecía la posibilidad de que un EP del Mercosur propusiese a los demás el inicio de negociaciones comerciales con terceros países o grupos de países y que, en caso de no haber consenso para llevar a cabo dichas negociaciones en bloque, el Consejo del Mercado Común autorizaría al EP interesado para iniciar un proceso negociador de forma individual.
En este caso, el EP que inicie una negociación comercial de esta manera, debería mantener informado al CMC, y los demás EP mantendrían la opción de incorporarse a dicho proceso negociador. Adicionalmente, el proyecto proponía la creación de la figura de un "Coordinador" con la función de liderar un eventual proceso negociador que se iniciase con un tercer país o grupo de países. Este Coordinador tendría la responsabilidad de conducir el proceso negociador, en consulta con los coordinadores nacionales de los demás EP.
El proyecto de decisión fue analizado con ocasión de las reuniones del Grupo del Mercado Común realizadas en mayo y junio de 2016 en Montevideo, sin que se alcanzase consenso entre los EP al respecto. Pero en octubre de 2016, una delegación uruguaya, encabezada por el Presidente Tabaré Vázquez, visitó China donde acordó iniciar un proceso de negociación para la suscripción de un acuerdo de libre comercio, propuesta que no puede seguir avanzando debido a la Decisión 32/00.
Aunque el presidente argentino se ha mostrado receptivo a la iniciativa uruguaya, todo indica que Argentina no está por la labor de reformar la 32/00, lo que iría en contra del discurso aperturista y liberal de Macri del que dio muestras durante su visita a España. Por tanto, interesaría para no cargar de contradicciones el proyecto de decisión, conocer la verdadera postura de Argentina en este asunto, cuanto antes.
Y más aún, con las negociaciones entre UE-Mercosur que son del mayor interés como lo ratificó el presidente Mauricio Macri durante su visita a España: "nuestro objetivo y el de Cecilia Malstrom, comisaria de Comercio de la Unión Europea, es terminar 2017 con un acuerdo Mercosur-UE". No cabe duda que son tiempos de acción y decisión y que Mercosur necesita rápidamente acelerar el paso.