Firmas

El PSOE, un enfermo entre grave y terminal

Han pasado casi nueve meses de la dimisión de Pedro Sánchez hasta las primarias y ha quedado claro que la gestión del factor tiempo ha sido un despropósito para el propio PSOE. Puede que la decisión de una Gestora preocupada por ganar tiempo y por dar estabilidad al Gobierno con acuerdos como el techo de gasto se haya vuelto en su contra. Nueve meses de decisiones erróneas que han forjado a Sánchez como un antihéroe carismático, un parto que le ha costado a la Gestora la creación de un abanderado de la izquierda que conecta con las emociones de una gran parte de las bases socialistas. Donde antes había un Secretario General, ahora hay un mártir de la causa progresista. Es fácil aventurar que la de este domingo sea una Noche de los cuchillos largos.

En el plano ideológico se habla de distintos proyectos socialistas sin una reflexión de fondo sobre las ideas que ofrece un partido socialdemócrata incapaz de ilusionar ni de ir por delante en los cambios que está sufriendo nuestra sociedad. Las ideas no triunfan, al partido le pesa la estructura y los líderes enfrentados dividen a afiliados y futuros votantes. La batalla de las ideas, que tiene que estar por encima de las personas y los adversarios, está quedando de lado. Los malos resultados electorales conseguidos tanto por Susana como por Pedro en sus últimas campañas son síntomas de falta de conexión con el ciudadano, de que el PSOE está gravemente enfermo o quién sabe si terminal. Un desastre que a nivel europeo tiene precedentes.

Gane quien gane, el día después será complejo. Si Sánchez gana intentará hacer un aparato a su medida, sobre todo cuando buena parte de los secretarios generales autonómicos no le han respaldado y el grupo parlamentario ha defendido una posición contraria a la suya. Los trabajadores de Ferraz y de Congreso están nerviosos, por no decir políticos como Madina o Hernando, ya que con el ex secretario general de vuelta tendrán sus días contados. Hoy se habla de paz mientras se afilan cuchillos.

En el caso de que resultara Susana ganadora, ya dispone de un aparato hecho a su medida y funcionando en Ferraz. Sin embargo esa línea se percibe como continuista y parece que tiene un problema para conectar con el votante, algo que pone en entredicho que la presidenta andaluza sea una líder con posibilidades reales de ganar unas generales.

Para Patxi López será distinto, ya que buscará reajustarse mientras observe como sus avales se esfuman, como todo candidato que sufre la polarización de una campaña.

¿Qué candidato congregará al indeciso? ¿Habrá más votos que avales?¿Qué pasará con el derrotado y con los que se han posicionado claramente? Sin duda, esto último será la comidilla durante las próximas semanas. No nos engañemos, estamos enganchados a la tramas, chismorreos y cotilleos de quienes caen públicamente en desgracia por muy integra y regeneradora que sea la idea de unas primarias en democracia.

Otro gallo cantaría si el ganador integrase al contrario, pero la experiencia me demuestra que eso es una deidad que no suele estar al alcance de los políticos mundanos. Una pena para el socialismo.

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