
Una columna de humo de color se hizo visible en Madrid: teníamos fumata naranja. C's se había decidido a apoyar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) a cambio de contrapartidas para la clase media y trabajadora.
Se atribuye a Gandhi la definición de la felicidad como aquello que se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía. Hoy en España los cuatro grandes partidos son felices ya que la aprobación de los PGE pospone el tan temido adelanto electoral, una felicidad que no cumple los estándares del líder de la resistencia no violenta. Algunos piensan que un adelanto electoral les sería beneficioso, otros no creen en lo que dicen, y poca armonía existe entre todos. Hubo momentos en que pocos en el Gobierno veían un escenario con PGE aprobados. Creían que unas nuevas elecciones les dejarían en una mejor posición, con Mariano Rajoy reforzado. Todo se truncó con el decreto de la estiba. El golpe fue duro y el presidente necesita visualizar que su Gobierno es viable y capaz de legislar.
Los socialistas se mantienen en su lucha fratricida, y han sentido alivio con la fumata naranja. El PSOE podrá presentar enmienda a la totalidad con la tranquilidad de que será rechazada. La Gestora, identificada con Susana Díaz, tiene que seguir con la ficción si la candidata quiere llegar con opciones ante Pedro Sánchez a las elecciones de mayo. Debe presentar enmienda a la totalidad para no ser acusada de colaboracionismo con el Gobierno, pero no le conviene que prospere y se convoquen elecciones, ya que podrían suponer otro varapalo. Los socialistas necesitan tiempo para rearmarse.
Podemos tiene nuevos portavoces, pero requiere también de una legislatura que no se detenga bruscamente para seguir con su estrategia de Un pie en el Parlamento y mil en las calles. Aunque pueda parecer que a Pablo Iglesias "se la pela, se la bufa" que haya elecciones, lo cierto es que tampoco las quiere.
El flagrante incumplimiento del presidente de Murcia y algunas declaraciones de Génova habían ofrecido la imagen de C's como partido con el que se firman acuerdos que se pueden incumplir sin consecuencias. Con su apoyo a los PGE, los naranjas logran revertir la situación. Para aprobarlos, se exhiben como imprescindibles, como partido de estabilidad y van a poder mostrar el trofeo de miles de millones de euros en partidas sociales, además de apaciguar la fobia electoral con consecuencias también imprevisibles para ellos.
Los PGE también hacen felices a las CCAA, que por fin verán desbloqueadas decisiones importantes, sobre todo de empleo púbico.
Otros agradecidos serán los nacionalistas canarios y vascos. Sus votos se traducirán en fondos para sus respectivas autonomías, a las que podrán regresar victoriosos presentándose como el voto útil para sus ciudadanos.
En Bruselas respiran aliviados: no habrá un nuevo obstáculo a la unión política tras salvar el primer matchball en los Países Bajos. En la carrera quedan las vallas de Francia y Alemania. Si se hubiese colocado también la de España, vendría un maratón con obstáculos.
Los daneses encuentran la felicidad en el llamado Hygge, en las pequeñas cosas. A nosotros no nos queda más remedio que desear a todos unos Felices Presupuestos.