Firmas

La verbena de la Susana: anunciar el anuncio

EFE

La estrategia mediática de Susana Díaz para liderar el PSOE más incierto de esta democracia consiste en administrar en pildoritas su propaganda. El efecto sorpresa estaba neutralizado, pocos dudaban de que se presentaría y había que inventar una verbena: anunciar el anuncio.

Pero a cambio de salir en el telediario dos veces queda al descubierto cuán artificial es el juego de la presidenta de todos los andaluces. La sevillana ha desempeñado su mantón de Manila y acude a la plaza disfrazada con el traje del respeto por el orden oficial, parapetada tras la escrupulosidad orgánica.

Pero el teatrillo contrasta con la falta de pudor exhibida, escenificando bajo el paraguas de la oficialidad un guión obvio. Ni chicha ni limoná: el supuesto rigor de los tiempos y las formas se ha roto con el anuncio del anuncio. Susana ya es candidata. No se ha podido resistir a romper su silencio para quitarle a Pedro Sánchez algún plano, por ejemplo el de su mitin de Cádiz con la alcaldesa de París.

Con permiso de Patxi López, la batalla entre la ortodoxia del socialismo moderado y el hereje vengador es la lucha entre el mal y el final. Que no se engañe Susana: si los 180.000 militantes socialistas (45.000 andaluces) deciden que el futuro pasa por ella, no será porque crean que es una líder óptima para el partido que fundó el otro Pablo Iglesias, ni porque Felipe González, Zapatero, Rubalcaba o Bono la apoyen, sino porque la supervivencia misma del PSOE está en juego.

Además de la estabilidad del país. Por eso están dispuestos a tragar hasta con el experimento inaudito de permitirle jugar con dos barajas, la de la secretaría general del PSOE y la de su responsabilidad en la Junta. Pero cuidado: el voto es secreto.

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