
Cuatro meses después de las elecciones, las encuestas electorales dan estancamiento electoral. El PP sube algún punto que baja Ciudadanos. Podemos pasa al segundo puesto y el PSOE al tercero. Se anunciaba lo mismo antes de las elecciones y el PSOE siguió de segundo. Los demás igual, salvo CDC que, en versión PDcat, sigue bajando. En los sondeos del CIS, los españoles califican de mala la situación política.
¿Por qué no hay cambio en las preferencias electorales? Parece que ningún partido consigue atraer votos de los demás y modificar el equilibrio actual. El PP sube un poco, pero es posible que sea por la recuperación de una parte de su electorado abstencionista de 2016.
¿Los españoles están anclados en presupuestos ideológicos inamovibles? Antes, cuando no existía Ciudadanos, los electores dubitativos, de centro, basculaban entre PP y PSOE. Eso permitía que uno u otro pudiera formar Gobierno. Pasados los Gobiernos de UCD, Felipe González primero y José María Aznar después añadieron suficientes votos de centro al PSOE y al PP para ello. Luego Rodríguez Zapatero y Rajoy lo repitieron. Sin embargo, las elecciones europeas de 2014 anunciaron la nueva situación. El PSOE perdió votos por la izquierda en favor de Podemos y de la derecha con Ciudadanos, que también se cobro otros del PP. Después ni Pedro Sánchez ni Rajoy consiguieron mayorías suficientes.
Si la nueva situación respondiera solo al enfado del ciudadano con temas como la corrupción o la crisis, las aguas volverían a su cauce. Pero si responde a cambios sociales profundos, los políticos tienen que aprender a conducirse de manera diferente. ¿Lo están haciendo o, por lo contrario, están reforzando sus comportamientos anteriores? La falta de un Gobierno de coalición y el bloqueo parlamentario son síntomas de que aún no ha habido cambios en sus comportamientos. En consecuencia el bloqueo electoral lleva al político y, ¿cuánto tardará en afectar a la economía?