Firmas

Por quién doblan las campanas

  • "Insultaban, denigraban y exigían la desaparición de informadores"
Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados. Foto: Efe.

Se han investido a sí mismos como "el partido de la gente", pero piden un coche con chófer para el señorito y otro para el responsable de prensa que les acompaña a un estudio de televisión. Ah, y las preguntas por adelantado.

Después de la entrevista, en el mejor de los casos llaman para desgranar el capítulo de agravios, la amenaza como respuesta a todas esas cuestiones que el periodista hizo y que a su juicio nunca debió haberles hecho. Pongamos por ejemplo los lazos que les unen a Venezuela o el piso de Espinar. Advierten: tendrá consecuencias. Y lo peor es que suelen llevar razón, las hay.

Ahora, la Asociación de la Prensa recrimina la actitud de Podemos hacia los periodistas. Nunca es tarde si la dicha es buena, que dice el refrán. Pero viene de atrás, de muy lejos, incluso de cuando el partido no existía como tal.

Han borrado tuits, pero están bien guardados. Son mensajes en los que insultaban, denigraban y exigían la desaparición de informadores a los que no consideran de su cuerda. Han dado un paso más, pero no es nueva la presión de los poderosos sobre aquellos que no les bailan el agua.

Unos, como los de Iglesias, suelen hacerlo a cara descubierta. Otros (u otras), más sibilinos, no tienen más que levantar un teléfono para que empiecen a rodar cabezas. El de periodista se ha convertido en un oficio de riesgo para todo aquel que quiere vivir de ello. Con todo, no es lo más grave. Porque son los políticos los que ponen al informador en la diana, pero son algunos de los dueños de medios de comunicación (no la gran mayoría, afortunadamente) los que disparan.

Quizá su irresponsabilidad les haga preguntarse algún día por quién doblan las campanas. Esperemos, por el bien de todos, que no sea demasiado tarde.

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