El Pleno del Congreso ha tomado en consideración, es decir, ha decidido empezar a tramitar la proposición de ley sobre el "establecimiento de una prestación de ingresos mínimos en el ámbito de protección de la Seguridad Social". En esa votación el PP y Ciudadanos, mi partido, nos hemos opuesto, pero como todos los demás partidos han votado a favor, la proposición se ha admitido a trámite.
Naturalmente, suena muy bien que todo español, por el hecho de serlo tenga derecho a una renta. Sin embargo, hay un primer argumento, por otra parte demoledor, contra esta renta, y es que no podemos pagarla. La proposición establece una renta básica del 80% del IPREM, el indicador de precios de efectos múltiples, el concepto inventado para ser un equivalente del Salario Mínimo Interprofesional, en el ámbito de las ayudas públicas, que actualmente está en 7.455 euros.
Un coste elevado
Esto supone una ayuda de casi 6.000 euros anuales, 5.964 exactamente, para entre 2 y 2,5 millones de personas. Esto supone entre 12.000 y 15.000 millones de euros de gasto adicional para la Seguridad Social, es decir, en la práctica para el Estado.
La cifra es casi todo el ajuste que España tiene que hacer este año para cumplir el objetivo de déficit. Para que nos hagamos una idea de lo monstruosa que es esta cifra, todas las subidas de impuestos de Montoro y Rajoy en 2012, IRPF, IVA, Impuesto de Sociedades, tabaco, hidrocarburos... más lo que se obtuvo de la amnistía fiscal sólo llegó a 11.237 millones, según datos oficiales de la Agencia Tributaria. La mayor subida de impuestos de la democracia no da para pagar la renta básica. Sólo por esa razón, cualquier partido responsable hubiese votado en contra de la medida.
Incluso, un gobierno responsable hubiese utilizado el derecho al veto presupuestario que le concede el artículo 134.6 de la Constitución, frente a "toda proposición o enmienda que suponga aumento de los créditos o disminución de los ingresos presupuestarios". No parece ni mínimamente razonable que el Gobierno del PP vete la supresión del "impuesto al sol", que propuso Ciudadanos, es decir el peaje de respaldo que cobran las compañías eléctricas, porque eso suponga 74 millones menos de recaudación de IVA e Impuesto Especial de la Electricidad, mientras el gobierno del PP no veta 15.000 millones de incremento del gasto público, doscientas veces más.
Después de esto, puede pensar que el Gobierno del PP estaba vetando para proteger, no los ingresos del Estado, sino de las eléctricas, asociados a pagar una de las tarifas de la luz más caras de Europa. En cualquier caso, evidentemente se pueden cumplir los objetivos de déficit, sin impuesto al sol, con 74 millones menos de ingresos, pero no con 15.000 millones más de gasto derivados de una renta mínima.
Una 'paga' y trabajo en 'B'
El PSOE ha sido uno de los principales impulsores de la medida pese a la oposición de su principal economista, José Carlos Díez encargado de su ponencia económica en el próximo Congreso. Díez llegó a afirmar, en unas declaraciones que él mismo considera muy desafortunadas, que el efecto llamada que provocaría una renta básica no podría pararse con muros, sino que se necesitarían "francotiradores en la frontera". En cualquier caso, además de lamentable, el argumento es el más débil de todos los que se pueden buscar contra la medida.
Lo que sí hay que tener en cuenta que una renta de este tipo, condicionada a no tener otros ingresos demostrables, fomenta por definición la economía sumergida: algunos beneficiarios pueden no buscar un trabajo oficial, sino en "B" para compatibilizar ambos ingresos.
Lo peor de todo, es que teniendo recursos limitados, habría que invertirlos en dar oportunidades y no rentas que sólo palíen, en el mejor de los casos, los problemas. Como señalaba brillantemente ayer mi compañero el diputado Toni Roldán desde la Tribuna del Congreso, los que presentaban esta iniciativa quieren una sociedad de rentistas y en Ciudadanos queremos una sociedad de oportunidades.
Para el "padre de la economía moderna" Adam Smith, la Riqueza de las Naciones está en el trabajo de sus habitantes. Por esa razón, deberíamos invertir los siempre escasos recursos en educación, I+D e Innovación para dar oportunidades de empleo, y generar crecimiento económico.
Ayer las fuerzas políticas en el Congreso, salvo Ciudadanos y el PP, perdieron la oportunidad de ser responsables. No es una buena idea prometer rentas indiscriminadas ni aunque tuviésemos recursos ilimitados. Pero como no los tenemos, lo mínimo que se puede pedir es que se explique qué impuestos subirán o que gastos se recortarán para financiar una medida con un coste sideral. Lo contrario es negar la Realidad económica y es un camino a ninguna parte.