
Han existido momentos decisivos en la vida española, literalmente mejorados por la acción de los economistas. Recordemos, por ejemplo, lo que en la Restauración, la Dictadura y la II República supuso Flores de Lemus. O lo que significó otro gran economista, Alberto Ullastres, para sacar a España de un proceso de fuerte decadencia. O de qué manera Fuentes Quintana consiguió que una crisis económica desapareciese y fuese posible culminar la Transición con la Constitución de 1978, gracias a esa decisiva intervención que se denomina Pacto de La Moncloa. Los buenos economistas forman parte del activo nacional y su desaparición daña las posibilidades de una política económica adecuada. Esto debe destacarse porque, de modo prácticamente simultáneo, han fallecido dos economistas muy importantes, José Ángel Sánchez Asiaín y Gloria Begué Cantón. ¿Qué papeles fundamentales jugaron en la vida española?
Por ejemplo, Sánchez Asiaín fue el primero, tras un preludio de Plaza Prieto, que estudió seriamente la distribución provincial de la renta nacional española. Por lo que se refiere a Gloria Begué, ella (en un trabajo del Servicio de Estudios del Banco Urquijo) y el profesor Muns son los que han aportado información sobre la ayuda exterior que, a pesar de las apariencias, recibieron los gobiernos de Franco por parte de los miembros del conjunto de los aliados que triunfaron en la II Guerra Mundial y en la Guerra Fría. Pero el gran impacto procede de otras circunstancias. egué había formado parte del equipo que, en el Instituto de Estudios Políticos, mejoró radicalmente el conocimiento de la estructura de la economía española, elaboró la Tabla input-output de la economía española para el año 1954. Con ese trabajo se abrió la puerta del conocimiento serio de macromagnitudes de nuestra economía. No sólo se superó lo que no pasaba casi de una estimación de la renta nacional y de datos de la balanza comercial; todo se revolucionó, y la contabilidad de los flujos financieros por parte del Servicio de Estudios del Banco de España o la Contabilidad Nacional de España, que de modo anual hemos pasado a conocer, tienen estas raíces. Pero la profesora Begué Cantón tuvo un papel adicional. Por una parte, se había convertido en una auténtica Chicago girl, y esas ideas de los Friedman y demás grandes economistas de la Escuela de Chicago no han dejado de subyacer en sus aportaciones a lo largo de un periodo clave de la Transición como magistrada del Tribunal Constitucional. Además, había participado la profesora Begué en una operación muy interesante. España había iniciado conversaciones para vincularse con la Comunidad Económica Europea. Estaba como embajador ante las Comunidades, en Bruselas, Alberto Ullastres. Como paso previo a una incorporación absoluta, pasó a debatirse la posibilidad de dar un giro previo. Eso fue lo que cristalizó con el nombre de Acuerdo Preferencial con la Comunidad Económica Europea de 1970, a pesar del intento famoso del conglomerado Gil Robles-Indalecio Prieto y algunos más, de impedirlo en la famosa reunión de Munich. Pero, ¿cómo logró Ullastres un éxito tan grande en 1970, uno de los mayores éxitos logrados por España en este terreno? La explicación me la dio el profesor Julio Alcaide, miembro también del equipo elaborador de la Tabla, porque se había actualizado esta Tabla, acercándose cronológicamente a la realidad. Y el que en el grupo básico en el que se encontraba Gloria Begué, a través de la matriz inversa, se enviaban a Ullastres las consecuencias que para el conjunto de la economía española podía tener el que aceptase tal o cual exigencia comunitaria, o que fuese la Comunidad la que acabase por dar el sí a una petición española. Ignoro si ese procedimiento, en el que estaba implicada Begué, se practicó por algún otro país. Desde luego, Ullastres, lógicamente, mantenía silencio sobre este respaldo que sólo podía lograrse, como me dijo Vera Cao-Pinna, con un buen conocimiento de la economía nacional y el empleo de "bellísimas máquinas electrónicas". Y Gloria Begué estuvo implicada, en parte, en ese éxito español.
Por lo que se refiere a Sánchez Asiaín, su aportación más importante se encuentra en el respaldo que dio a la necesidad de cambiar la estructura bancaria española. Ésta parecía haberse cristalizado como consecuencia de la ley de Ordenación Bancaria Cambó-Bernis, de 1921. Pero he aquí que tal planteamiento tradicional estaba ligado a un modelo económico ya superado, sobre todo a partir del gran cambio provocado por el Plan de Estabilización de 1959. En el año de 1986, había sido elegido académico numerario de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Al tomar posesión lo hizo con un discurso titulado Reflexiones sobre la Banca. Los nuevos espacios del negocio bancario. Analizó la realidad crediticia privada española, que había generado una serie de crisis importantes, a lo que se añadía la evolución de la economía mundial y de la nacional; era necesario que ésta se transformase. No se entiende nuestra actual banca privada si prescindimos de los avisos que, desde este trabajo, efectuaba Sánchez Asiaín.
Estos dos economistas, desaparecidos el pasado mes de diciembre, actuaron porque estaban de acuerdo con aquello que Ortega escribió en Adán en el paraíso: "Hay una realidad científica forjada en un sistema de relaciones exactas, impuesto por la necesidad de exactitud". Y así fue por lo que ambos, al percibirlo, hicieron que mejorase el conjunto del vivir económico de los españoles.