Firmas

Trump puede acabar con Alemania

  • Trump amenaza el superávit comercial de Alemania con EEUU
Donald Trump

Levantar un muro en la frontera con México, lanzar una guerra comercial con China, descartar el tratado transpacífico y repensar la implicación de EEUU en los acuerdos comerciales en todo el mundo... Cuando se mude a la Casa Blanca en enero, el presidente Trump tendrá muchas oportunidades de cumplir su promesa de campaña de reconstruir la industria americana mediante barreras arancelarias.

Pero hay una posible guerra comercial de la que pocos se han dado cuenta y que podría ser su objetivo más fácil: Alemania. Dado el tamaño de su población, presenta un superávit comercial mucho mayor que el de China y un excedente colosal con EEUU en particular. Mejor aún, las industrias en cuestión son bastante fáciles de identificar y podrían perfectamente generar puestos de trabajo bien pagados en EEUU. E incluso Trump se anotaría un tanto familiar, ya que los alemanes deportaron a su abuelo, Frederick Trump, por falsificación de documentos. Tal vez se sientan incómodos ante el 20 de enero, el día de la toma de posesión de Trump, en Pekín y Ciudad de México, pero donde deberían estar nerviosos de verdad es en Berlín.

Cuando Trump echó por tierra los pronósticos a primeros de noviembre y se deshizo de Hillary Clinton para ganar la Presidencia, los líderes internacionales no se abalanzaron precisamente para felicitarle. Pocos querían que ganase. El mensaje de la canciller alemana Angela Merkel fue especialmente frío y jalonado de comentarios mordaces sobre los valores liberales y las responsabilidades compartidas.

Una amenaza para Alemania

Para la mayoría de los comentaristas, reflejaba el compromiso de Merkel con la tolerancia y la apertura, sin duda unas de sus mejores cualidades, aunque también pudo denotar otra cosa. La retórica de la campaña de Trump sobre hacer añicos los tratados de libre comercio y proteger a la industria estadounidense debieron de sonarle fatal a cualquiera que sepa lo que mantiene a flote a la economía alemana.

En Alemania, la amenaza de su inmenso superávit comercial con Estados Unidos ya se ha dejado notar. Una revista influyente y bien informada como Der Spiegel publicó un artículo después de la victoria donde decía que Alemania se preparaba para una guerra comercial. El ministro de Economía del país, según la publicación, había recibido órdenes de preparar contestaciones a las barreras arancelarias, señalando que es el resultado del envejecimiento de la población y la estructura de su base industrial. Si va a haber una guerra diplomática sobre esta cuestión, Alemania quiere estar preparada. ¿Se preocupa con razón? Sin duda, sí.

El superávit comercial alemán es gigantesco y sin precedentes en la historia industrial moderna. El año pasado alcanzó el 8,9% del PIB y podría pasar al 9 antes de finales de 2016. Es el segundo en tamaño en el mundo después del chino, pero dado que Alemania es un país mucho más pequeño, es de justicia medirlo per cápita y, visto de esa manera, el excedente alemán es siete veces mayor que el de China.

Peor aún, China es un país en desarrollo y, como tal, se espera que presente excedentes en el proceso de levantar industrias mediante exportaciones. Con el tiempo, esos excedentes decrecen a medida que aumenta la demanda interna, como se está viendo ya en China. Sin embargo, Alemania es una economía industrial madura y aun así su excedente aumenta sin cesar. Lo cierto es que Alemania se ha convertido en una máquina de verter deflación en el resto del mundo.

Su excedente con EEUU es especialmente grave. Según los datos de su Gobierno, el país presentó un déficit con Alemania de 74.000 millones de dólares en 2015. Si nos remontamos a 2006, la cifra era de solo 47.000 millones de dólares, por lo que se ha duplicado con creces en una década y no deja de crecer. Del déficit total de 2015, calculado en 531.000 millones de dólares, Alemania representaba el 14% (un logro encomiable si tenemos en cuenta que Alemania apenas supone el 4,6% de la economía mundial). Cuando uno se sienta a pensar en la Casa Blanca qué se puede hacer con el déficit, tiene mucho más sentido concentrarse en Alemania que en México o China. Pero eso no es todo.

Gran parte del excedente comercial de Alemania es claramente resultado de la manipulación monetaria. El euro ha deprimido el valor real de las exportaciones del país y ha permitido que acumule unas exportaciones masivas. Se puede discutir si la moneda china posee realmente su valor real o no pero nadie puede negar que la moneda alemana se halla muchísimo más depreciada de lo que lo estaría si todavía existiese el marco.

Además, actuar implicaría ganancias reales. Cuando Trump habla de recuperar puestos de trabajo manufactureros bien pagados, cuesta ver cómo ayudaría una guerra comercial con China. Los trabajadores manuales de Michigan no quieren ensamblar juguetes 12 horas al día a cambio de una miseria de sueldo, que es lo que hacen muchos obreros chinos. Pero las exportaciones alemanas a EEUU son de productos de alta gama como automóviles, que representan el 12% de sus exportaciones por sí solos, seguidos de piezas de coches, químicos y aeroespacial. Esa es precisamente la clase de puestos bien pagados que los votantes de Trump pensaron que les traería su candidato. Entonces, ¿podría iniciar Trump una guerra comercial con Alemania?

Según las normas de la OMC, no será fácil. Es muy difícil imponer tarifas unilaterales a un país pero eso no significa que no pueda encontrar la manera. El escándalo del diésel de Volkswagen, por ejemplo, podría ser la excusa perfecta para asestar restricciones punitivas a la industria de la automoción alemana. Sus exportaciones médicas siempre pueden considerarse 'inseguras'. Si los estadounidenses tuvieran que renunciar a sus BMW por Cadillac y Lincoln, se crearían sin duda unos cuantos empleos bien remunerados.

La economía europea se enfrenta a muchos problemas ahora mismo. Una guerra comercial entre Estados Unidos y Alemania es probablemente lo último que necesita pero si Trump quiere hacer honor a algunas de sus promesas, restringir las exportaciones alemanas es la forma más fácil y por eso no se puede descartar.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky