Firmas

¡Dios bendiga a Trump!

  • La entrada ilegal de personas lleva al descontrol y a que no paguen impuestos

Sí, Dios bendiga a Trump, a la democracia americana y a su pueblo. Aquí en Europa el establishment, las elites socialdemócratas, socialistas y comunistas han empezado con su desfile de descalificaciones. La menor: populista. Pues bien, Trump era mi candidato, me alegro de su triunfo y con gran margen sobre Clinton. Candidata carcomida por la corrupción, miembro de un partido que ha dividido a la sociedad americana, abriendo una brecha de desigualdad tremenda, sin cumplir sus promesas como por ejemplo cerrar Guantánamo.

Trump no es un dictador y, en caso de que lo fuera, se lo impedirían. No lo será porque la democracia más antigua activa es la americana. El supuesto dictador se encontraría con una constitución y unas leyes. Pero sobre todo, a las elites europeas se les olvida el matiz de su sistema parlamentario. Sistema de las listas abiertas donde no existe la disciplina de partido sino el compromiso de los cargos electos con sus votantes y ciudadanos.

Con un Trump tremendamente cuestionado en su propio partido, se verá abocado a modular sus actuaciones, no podrá hacer lo que le dé la gana. Qué gran diferencia con una Europa de listas cerradas donde precisamente por la subordinación al partido sí es posible que un candidato de un partido se convierta en un dictador. Se llama libertad de pensamiento frente a la uniformidad del pensamiento único.

Estoy convencido de que elevará el nivel de vida de los estadounidenses, como el de los extranjeros legales residentes en EEUU. Sí, por supuesto residentes legales, pues la mayor parte de estos residentes legales extranjeros tienen salarios muy bajos, su nivel de vida es de los más desfavorecidos y son los más perjudicados por los ilegales. Trump no va a echar a los extranjeros legales porque como empresario de la construcción, los tiene empleados en sus empresas.

Lo que no va a permitir es la entrada ilegal de personas. No lo va a permitir porque eso lleva al descontrol, a la explotación humana, a que no paguen impuestos y compitan ilegalmente con los trabajadores legales. Claro que a las elites extractivas les encanta la inmigración ilegal, la no controlada, así se pueden evadir impuestos y cotizaciones generando unas magras ganancias para los explotadores.

Trump va a luchar contra los paraísos fiscales, pues va a necesitar esos ingresos para bajar impuestos. La bajada de impuestos aumentará la renta disponible; cuanto más suba la renta disponible, mucho mejor para los más desfavorecidos, los más necesitados de dinero en su bolsillo, no en las arcas estatales. En España la renta disponible se redujo, recuerden los 41 impuestos.

El nuevo presidente va a dejar de basar su política económica en medidas monetarias para activar políticas presupuestarias. Hoy que tantas veces en Europa decimos que la política monetaria no da para más, que se necesitan políticas de inversión pública. Precisamente serán los americanos los primeros en llevarlas a cabo. Draghi está cansado de implorar política fiscal y reformas, sin embargo los tecnócratas de Bruselas no escuchan, retrasando la caída de las tasas de desempleo.

Trump cercenará una de las fuerzas que más ha hecho por la desigualdad, los tipos cero o negativos. Los bancos centrales se han revalorizado artificialmente creando una burbuja, el precio de bonos y acciones. Precisamente son la clase media, la baja y muchos de los inmigrantes legales los que menos proporción tienen en su patrimonio de estos activos, los financieros. La represión monetaria es una de las causas, si no la principal, de la brecha de pobreza, a uno y otro lado del Atlántico.

Donde muchos ven un problema en la revisión de los tratados, otros vemos restablecer el equilibrio y la justicia. Los tratados no van a ser eliminados o derogados, van a ser renegociados en condiciones de igualdad, no como ahora. EEUU es deficitario en su balanza comercial, en muchos casos debido a productos importados en dumping. Esas importaciones manipuladas dañan a su economía, a sus empresas y repercuten en altas tasas de desempleo. Cojan los diarios y vean cómo grandes sectores industriales, grandes empresas con numerosos puestos de trabajo, están cansados de denunciar estas prácticas en la actualidad.

Se critica su inexperiencia política, aunque ya me gustaría que nuestros políticos tuvieran la experiencia que Trump tiene como empresario. Son las empresas quien crean los puestos de trabajo productivos, no los no productivos; de eso se encarga la administración. Nadie ha esperado a ver a su equipo, a sus ministros. ¿Acaso no tiene gente con experiencia política? Priebus, Giuliani, Gingrich, Flynn, Mnuchin, todos ellos deben ser unos recién llegados en política. Vamos como en Europa, igualito.

Alguien se quedó sentado al paso de la bandera americana, hoy otros insultan a su presidente electo. El pueblo americano, el de personas sencillas, defendiendo la libertad individual: personas frente a partidos y establishment. ¿Qué dicen los que vaticinaban la hecatombre de salir Trump, a la vista de la bolsa?

Clint Eastwood tenía razón: Estados Unidos no es país de nenazas.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky