Firmas

Nuevo enfoque en informes de auditoría

  • Estos documentos dan información limitada y poco clara para el público

La función última del auditor de cuentas es, de forma muy resumida, la de emitir una opinión técnica acerca de la razonabilidad de la imagen fiel del patrimonio, de la situación financiera y de los resultados de una empresa o grupo de empresas.

Por otro lado, los usuarios de los informes no son solo los accionistas de las empresas auditadas, sino también toda una serie de interesados llamados stakeholders: trabajadores, acreedores, clientes, bancos, la Hacienda Pública, potenciales inversores y público en general, vía los registros mercantiles.

Ha quedado patente lo muy alejada que queda la expectativa de los usuarios de los informes de auditoría sobre la realidad. Hace tiempo que se reclama un informe de auditoría que incluya información relevante sobre las auditadas y deje de ser un dictamen con o sin salvedades. En el colectivo auditor debemos ser conscientes de que los informes de auditoría con el formato actual ofrecen una información limitada o poco clara y entendible para el público no iniciado en la materia.

Una auditoría no está diseñada para, por ejemplo, detectar específicamente fraudes o prever el futuro. Pero sí es cierto que el auditor conoce los riesgos específicos que afectan a las auditadas, así como el grado de sensibilidad a los mismos. En lenguaje llano, sus potenciales talones de Aquiles. Es poco habitual leer en informes de auditoría el posible efecto de riesgos tales como la exposición a divisa, mercado exterior, endeudamiento y tipos de interés, concentración de mercado, entorno regulatorio, responsabilidad corporativa, competencia, pertenencia a un grupo de empresas... Y es precisamente este tipo de información la que el auditor puede suministrar y que los usuarios están demandando.

Como respuesta a esta demanda, el Iaasb, organismo supranacional emisor de las Normas Internacionales de Auditoría (NIA), ha llevado a cabo una reforma de la vigente norma para que el usuario final pueda aprovechar mejor el conocimiento adquirido por el auditor en el transcurso de su trabajo. El resultado de este nuevo enfoque se plasma en diversas normas, destacando la nueva NIA 701: "Comunicación de las cuestiones clave de la auditoría en el informe emitido por un auditor independiente".

En España, el nuevo modelo de informe se aplicará a las auditorías del ejercicio 2017.

Una de las novedades es que, en función de si la auditada es considerada entidad de interés público (EIP) o no, los requisitos y la profundidad de la información serán menores en este último caso.

Los cambios en los informes de auditoría que introduce la nueva norma se pueden resumir en los siguientes puntos: se modifica y reorganiza la estructura del informe de auditoría para que sea más entendible; explícitamente, se describirá la responsabilidad del auditor, de la dirección y de los órganos de gobierno de la auditada; se manifestará expresamente la independencia del auditor y se describirá su responsabilidad y el trabajo realizado sobre la otra información; como innovación significativa, se introducen las denominadas "cuestiones clave de la auditoría".

En las "cuestiones clave de la auditoría" (KAM, Key Audit Matters), el auditor describirá aquellas que requirieron mayor atención y aquellas cuestiones y riesgos que han sido claves durante el transcurso de la auditoría. Asimismo, según el caso, también describirá cómo la empresa ha enfocado y mitigado los riesgos detectados. Este apartado no sustituye la opinión sobre los estados financieros en su conjunto, sino que amplía el enfoque del informe.

Además, se implementa información adicional para obtener una mayor transparencia y aumentar el flujo biunívoco de información entre los comités de auditoría y los auditores.

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