
¿Alguien pensaba que el Comité Ejecutivo del PP iba a discutir a Mariano Rajoy? Unanimidad oficial. Como buen gallego, ha vuelto a ganar tiempo para la negociación, que será lenta y macerada en paciencia. Tiempo necesario porque Pedro Sánchez ha aprovechado el día para reafirmar su no.
Todos dicen que unas terceras elecciones serían un desastre. Pero, salvo Ciudadanos, nadie sale de su encastillamiento. Especialmente los socialistas, que tienen la secreta esperanza de instrumentar una alternativa con Podemos y los independentistas. Pero los números sólo le salen al PSOE si le votan todos menos PP con Ciudadanos y ERC pide un referéndum en Cataluña para decidir su secesión; algo que Bildu, al menos, propondrá para Euskadi. Condiciones que el Comité Federal socialista también ha rechazado. Así que si las cosas siguen igual, no hay que engañarse: parecemos abocados a unas terceras elecciones si ninguno de ellos dobla.
Rajoy y Sánchez están frente a frente, como Lee Van Cleef (el coronel Mortimel) y Gian María Volonté (Indio) en La muerte tenia un precio, la portentosa película de Sergio Leone. En la escena cumbre, Clint Eastwood, el manco, observa el duelo, mientras suena la música de un reloj de bolsillo. Deben disparar cuando acabe el sonido. El manco chupa el puro y espera. Al final el malo cae, no ha sido suficientemente rápido
¿Quién tiene cada papel en el duelo por la presidencia? De momento, Rivera el de Clint Eastwood, que sentado en el reborde que rodea la plaza cuenta los minutos. Si la película no acaba en éxito se repetirá el duelo, pero esta vez el observador será Iglesias y su reloj empezará a sonar.
Lo que no esperan Rivera e Iglesias es otro final posible: que los dos protagonistas acaben liquidando a los observadores; eso serían las terceras elecciones. La presidencia tiene un precio ¿Cuál? La muerte (política) de uno de los cuatro o de dos. Al fin y al cabo, la película de Leone ya lo anunciaba.