
Las condiciones que pide Rivera para pasar de la abstención al "sí" son seis excusas para mantener el tipo. Seguir moviendo el cucharón en el cazo de la corrupción, por más que sea uno de los lemas de Ciudadanos, no es lo que más importa a los intereses de los españoles, pues mira al pasado y no al futuro. Hay que desencallar la política del discurso de la corrupción por bien de la política misma, dejar que los tribunales actúen y pasar página.
¿Son tan transcendentales para el bienestar de los españoles las seis condiciones de Rivera? ¿A quién sirven esas seis condiciones? Sabedores de que en unas próximas elecciones les iba a ir peor, no tienen más remedio que propiciar un Gobierno y, seguramente, les irá mejor tener un papel relevante en el mismo que quedar arrinconados en el Congreso como el partido comparsa.
De las seis condiciones, cuatro están directamente relacionadas con la corrupción, una muy próxima a evitarla y la que queda trata sobre la Ley Electoral, que tanto preocupa a Ciudadanos porque cree que cambiando las reglas éstas les serán beneficiosas. Podemos discutir si la Ley actual es buena o mala, pero aquí Rivera está hablando de su libro, no del libro de todos los españoles, porque si se elimina la proporcionalidad el laberinto puede ser todavía peor.
Ese tipo de cambios, si se es un verdadero demócrata, hay que realizarlos por amplios consensos, que incluyan a Gobierno y oposición, no por la imposición de nadie, ni siquiera del azote de corruptos de Rivera, tan investido como está de la razón, sobre todo en las noches electorales cuando llora los supuestos escaños que la Ley le arrebata.
Esta medida que propone Rivera es muy útil para los parados y para mejorar los servicios sociales, que seguro se arreglan cuando Ciudadanos saque unos cuantos escaños más con los mismos votos. De todas formas, si el PSOE no está conforme con los cambios propuestos no hay nada que hacer, porque se trata de una Ley Orgánica y necesita mayoría absoluta.
Limitar los mandatos a dos no está mal, sobre todo porque afecta con efectos retroactivos a Felipe González, único presidente del Gobierno que ha estado más de dos. También es una medida que la calle está pidiendo de forma unánime, con colas en la puerta del Congreso para registrar iniciativas populares en ese sentido.
De lo más útil para cumplir el déficit y muy oportuna porque es un debate abierto permanentemente en España, por eso debe ser una condición inexcusable si se ha de formar Gobierno. Acabar con los aforamientos puede estar bien, pero necesita un cambio en la Constitución y deberá estar conforme el PSOE, con lo cual ni siquiera está en manos del PP y no es cosa de dos días resolver un cambio constitucional.
En cuanto a todo lo concerniente a la corrupción, es más bien una coartada de Rivera para poder desdecirse de todo lo dicho, forzando al PP a hacer cosas que no haría, como una comisión parlamentaria para investigar su presunta corrupción. Vamos, que el partido en el Gobierno se vería desgastado por la propia comisión que él mismo tendría que crear.
Suena, por lo menos, raro, que un posible socio lo primero que te pida es que te metas el dedo en el ojo. Además, por qué sólo la corrupción del Partido Popular, como si fuera la única corrupción que ha habido en España, cuando conocemos casos con muchos ceros que afectan al PSOE y a otros partidos. Tenemos a los tribunales de justicia y a la policía trabajando en el asunto, así que los políticos podían dedicarse a trabajar un poco en otra cosa a ver si van haciendo algo de provecho y no en seguir tirándose los trastos a la cabeza con el mismo tema un día tras otro, porque así no se avanza.
Las seis condiciones de Rivera son seis decepciones. Nada que solucione ni el más mínimo problema ciudadano. Nada pensando en la gente, todo para hacer política, para conseguir una foto y una excusa para poder hacer lo que no tiene más remedio que hacer, que es evitar por todos los medios unas nuevas elecciones, tanto por España como por la cuenta que le trae visto el último barómetro del CIS.
De los problemas de los españoles ya hablaremos y para hablar de ellos se ponen condiciones que ni son fáciles ni difíciles de cumplir, sino muchas de ellas imposibles de prometer por Rajoy porque no está en su mano que se aprueben.
Dentro y fuera de la formación están presionando para que Rivera pase al "sí" y alguno porque quiere ser ministro. Parece que va a haber Gobierno de coalición.